Data, el petróleo del Siglo XXI
Lic. Alexandra Izquierdo
Directora
Nacional ONE
Desayuno
temático AIRD - 26 de Septiembre, 2019
Un
reciente documental publicado en Netflix llamado The Great Hack, reveló que hoy
por hoy los datos se han convertido en el activo más valioso del mundo, siendo
para muchos, el nuevo petróleo de nuestro siglo en la ERA DEL BIG DATA.
Lejos
de cuentas bancarias o propiedades, lo que realmente hace competitivas a las
empresas y grandes organizaciones, radica en la cantidad de datos que son
capaces de incorporar a su base de datos y, por medio de esta, innovar y monetizar
a través de bienes y servicios.
Esto,
en un mundo en el que se estima que el 90% de los datos que existen hoy fueron
creados en los últimos dos años y esto ha sucedido, porque el desarrollo y la
adopción de la tecnología, fomenta e impulsa el interés colectivo por la
generación de datos.
Así
lo revela Thomas Davenport, en su libro, “Compitiendo en analítica, la nueva
ciencia de la victoria”, donde establece que el uso de soluciones supeditadas a
la explotación de datos, es la fuente sostenible por excelencia si las
organizaciones, los gobiernos y los países aspiran a ser competitivos.
Por
supuesto, existen riesgos, pero todo avance de la humanidad ha debido sortear
obstáculos en función de la necesidad de evolucionar hacia una mejor calidad de
vida para todos.
De
ahí que desde la ONE impulsamos como filosofía de trabajo un amplio rigor ético
y científico, y la garantía de la privacidad de la información obtenida en el
proceso de levantamiento y almacenamiento, con regulaciones propias y
legislativas bajo estrictos estándares locales e internacionales.
Apelamos
a la transparencia, la confidencialidad y la ética como pilares en cuanto al
uso de data, un requerimiento legal, pero también moral, pues esta es la
oportunidad de construir confianza con los demás actores del sistema y la
consolidación del Sistema Estadístico Nacional, del cual la ONE es su ente
rector.
Una
cosa es cierta, en la Era de la Automatización y el impulso de la inteligencia
artificial con la innovación como principal vehículo, República Dominicana está
en la obligación de poner en marcha una Cultura Estadística que nos permita ser
competitivos e innovadores.
Esto lo confirman las
recientes tendencias y las predicciones que poco a poco se van cumpliendo.
Ha
sido el caso del Informe Gartner, de predicciones tecnológicas de amplia
trayectoria y credibilidad, que ha estipulado que para el año 2022, las
compañías alrededor del mundo serán valoradas en base a su portafolio de
información.
No
es casualidad que las empresas mejor valoradas del mundo sean las que apelan a
su riqueza de manejo de información, tales como Apple, Google, Microsoft,
Amazon y Facebook, según datos de Standard & Poor's Financial Services
(S&P).
En
América Latina y el Caribe, seguimos estableciendo valor por vía de productos
de un gran volumen de ventas, o de compañías asociadas a la banca. Por citarles
algunos ejemplos, en el tope del listado regional aparecen compañías como
AmBev, empresa de bebidas; el conglomerado financiero Itaú Holding; y la
petrolera brasileña semipública Petrobras, entre otras.
Es
entonces un desafío regional explorar el valor de los datos como estructura
para ofrecer productos y servicios con valor agregado, de manera que podamos
efectivamente ser sostenibles y enfrentemos con preparación y determinación al vértigo
de la automatización y la presencia cada vez más notoria de la inteligencia
artificial.
Señoras y señores,
El
primer paso para conocer nuestra realidad es midiéndola. Y la ciencia ideal y
por excelencia debe apelar al levantamiento de información estadística.
Lo
que nos hace competitivos son distintos factores que se miden en cuanto a la
propiedad intelectual y la innovación en el mundo. Entre esos factores, se
destaca el registro de patentes; y la inversión en Investigación y Desarrollo,
el llamado I+D.
Un
rubro especialmente importante, en el año de la Innovación y la Competitividad,
declarado por el presidente Danilo Medina mediante el decreto 453-18, es la
medición y el establecimiento de indicadores de la innovación en la República
Dominicana.
La
innovación, el motor más importante para transformar y propiciar el crecimiento
de las compañías y los países, es la clave para que el tejido productivo
evolucione y le permita a la República Dominicana ser competitiva y sostenible.
El
desafío es colocar a este pilar como una prioridad hacia el futuro, y para ello
tenemos que recorrer un largo camino.
Por
citar ejemplos globales, Israel invierte 4.2 por ciento de su PIB en
investigación y desarrollo; Corea del Sur, 4.1 por ciento; Japón y Finlandia,
3.5 por ciento, y Alemania, el 3 por ciento, mientras que la mayoría de los
países latinoamericanos invierten un promedio de 0.5 por ciento, según datos de
la UNESCO.
No
es casualidad que América Latina lleve una marcada desventaja en los
indicadores de innovación con relación a otras regiones del mundo. Así lo
corrobora el Índice Mundial de Innovación, del 2018, el cual sitúa a Suiza, los
Países Bajos, Suecia, Reino Unido y Singapur a la cabeza de innovación mundial,
y evidencia el gran auge de China en este terreno.
Chile
es el primer país de la región que aparece en el listado, en el lugar 47, con
una puntuación de 37.79 sobre 100, seguido de Costa Rica, México, Uruguay y
Colombia.
En
el caso de República Dominicana, nos situamos en el lugar 87 a nivel global,
con una puntuación de 29.33.
Señoras y señores,
Desde
la Oficina Nacional de Estadística, abogamos por una amplia y plural discusión
en torno a la necesidad impostergable de medir la innovación a través de una
propuesta consensuada de indicadores de innovación en nuestro país.
Uno
de los documentos que planteamos como referencia, es Indicadores de Innovación
Tecnológica de las Regiones, del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, a
través de la “Iniciativa Regional de Patentes para el Desarrollo”, del año 2017,
donde se planteó un abordaje distinto para mejorar el desempeño de los
indicadores de innovación tecnológica en la región.
El
informe establece que mediante un seguimiento más exhaustivo, se podría
agilizar, entre otras cosas, el volumen de solicitudes de patentes, siendo este
un gran desafío regional debido a la disparidad que existe en registro de
patentes si nos comparamos con Estados Unidos, la Unión Europea y los gigantes
de Asia.
En
República Dominicana es de hecho un mandato legal. La Ley 01-12, que dicta la
Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, establece de manera explícita esta meta
en su punto 3.14 sobre Número de Patentes Registradas.
Según
datos de la Oficina Nacional de Propiedad Industrial – ONAPI-, en el año 2018,
los registros y concesiones de patentes fueron:
Diseño
industrial: 14; Modelo Utilidad: 11; y de Invención: 43; mientras que, en el
2019, alcanzaron respectivamente, 18, 12 y 42, a la fecha, con claras señales
de que estos números serán superados en los meses que quedan.
En
ese sentido, a nivel local, tenemos el importante desafío de aglutinar los
registros y consolidarlos, de manera que exista transparencia, conocimiento
cabal de la realidad imperante y credibilidad de los datos, para así forjar
decisiones y políticas públicas que refuercen una cultura de registro de
patentes que den impulso a la innovación tecnológica y crecimiento económico.
Amigas y amigos,
La
ONE ya puso en marcha el primer e impostergable paso en el marco de esta amplia
conversación sobre la innovación: el diagnóstico de su real situación en la
República Dominicana.
Es
por ello que ya estamos trabajando para mejorar la evaluación de la innovación
a través del Diagnóstico Nacional de
Innovación, como primera aproximación real y científica a una examinación
profunda del estado de la innovación en el país, en el marco del ODS 9 que
habla de Industria, Innovación e Infraestructura.
Para
conseguir el mejor diagnóstico posible, necesitaremos de toda la información
disponible, proveniente, por un lado, de un exhaustivo análisis de las
fuentes/operaciones estadísticas en materia de innovación disponibles en
portales web de las entidades del Estado y plataformas digitales; y por el
otro, del levantamiento en formato de entrevistas a distintos actores con la
finalidad de socializar y conocer sobre los proyectos de innovación y nuevas
innovaciones a nivel nacional.
Sobre
ese levantamiento y procesamiento, se elaborará un informe preliminar a ser
presentado y depurado para convertirlo en un documento final del diagnóstico.
Al
final, buscamos dos grandes metas. Por un lado, es imperativo consolidar las
informaciones, que, si bien están disponibles, se encuentran muy desagregadas.
Por
el otro, abocarnos a construir y darle continuidad a un instrumento de medición
recurrente para evaluar el estado, avances y desafíos de la República
Dominicana en materia de innovación.
Lo
anterior, nos permitirá diseñar e implementar de manera inédita una encuesta para
establecer y medir el Índice Nacional de Innovación.
Además,
en la Oficina Nacional de Estadística, buscamos profundizar el estudio de la
realidad de la competitividad en la República Dominicana.
Muestra
de esta política institucional e interinstitucional, es que ya estamos
trabajando en una encuesta de competitividad, a llevarse a cabo en alianza con
el Consejo Nacional de Competitividad que dirige el buen amigo Rafael Paz, la
cual tiene por objetivo conocer cuánto condicionan las restricciones legales
las inversiones que las empresas necesitan para su desarrollo.
Dicha
encuesta está diseñada como un módulo de la Encuesta Nacional de Actividad
Económica -ENAE- del año 2019, y nos servirá en gran medida para definir los
indicadores del sistema de competitividad de la República Dominicana.
Señoras y señores,
El
país avanza a pasos agigantados en materia digital y esto es una oportunidad
para mejorar el clima de negocios y apostar a los datos como centro de las
decisiones de inversión y desarrollo.
República
Dominicana cuenta con el programa República Digital creado mediante el decreto
218-16, del Ministerio de la Presidencia, que ha permitido agilizar, abaratar y
simplificar trámites gubernamentales que incluyen el registro de empresas y
aspectos burocráticos.
El
sector financiero, bancario, de seguros, de servicios, que incluyen servicios
públicos, están apostando a las aplicaciones móviles como herramienta
fundamental de interacción.
Estamos
en un escenario donde el mar de datos se incrementa con el paso de los días,
una auténtica mina de oro que permite conocer tendencias, ofrecer productos y
servicios especializados, e identificar nuevas necesidades del mercado.
De
ahí que hablamos de que LOS DATOS SON EL PETRÓLEO DEL SIGLO XXI, escenario
donde los actores del sector productivo, como la AIRD, juegan un rol
preponderante, y en el que la ONE debe tener la capacidad y voluntad de
aglutinar y construir un ecosistema de datos con todos los sectores de la vida
nacional, apelando a la innovación y la productividad.
Pero
para ello, debemos establecer una gran alianza: Gobierno- Sector
Productivo-Academia-- y nuevas empresas, para definir una política de estado
clara y con visión de futuro, que dé pie a grandes acciones para convertir a República
Dominicana en una sociedad del conocimiento.
Esto
permitiría, entre otras cosas, cuantificar el valor de los datos que tengan
propósitos comerciales, pero también para fines de investigación científica y
la generación de emprendimientos, otra de las grandes apuestas de este
gobierno.
Como
les decía, el sector industrial es DETERMINANTE para la economía nacional y así
lo indican las estadísticas.
Según
datos del Banco Central, en su informe de estadísticas económicas de enero a
diciembre del 2018, publicada este año, indicó que la industria aportó el 27.3%
del Producto Interno Bruto, siendo un 10.8% correspondiente a la manufactura
local, mientras que manufactura de zonas francas aporta un 3.3%
Con
un adecuado seguimiento de indicadores relativos a la competitividad y la
innovación, podemos ampliar el abanico de productos a ofrecer a un mayor número
de mercados a nivel global.
Y
esto es posible, con el adecuado manejo de los datos que esta Era del
Conocimiento nos proporciona.
Siendo
la industria un ámbito tan importante para el PIB; uno de los que más empleo
formal genera y más impuestos paga; con una agenda crítica de trabajar con la
economía circular; con reformas a leyes como las de Proindustria, por solo mencionar
algunos desafíos, nos motivan a forjar alianzas para consolidar el sistema
estadístico sobre el cual se tomen decisiones innovadoras, un paso natural que
planteamos hoy aquí en este importante escenario.
Amigas y amigos,
Para
finalizar, quisiera dedicarle unos minutos a las innovaciones que en la misma
ONE, desde mi llegada a la institución, hemos llevado adelante, porque creo
firmemente en que el ejemplo comienza por uno mismo.
Por
eso trabajamos con planificación, compromiso y constancia, para ofrecer datos
oportunos y de interés.
Reflejo
de ello es que hemos dado paso a la transformación digital de los procesos de
levantamiento estadístico porque esto le permitiría a nuestros técnicos,
empadronadores y equipos de apoyo, agilizar la cartografía, censos y encuestas,
y el procesamiento de la data.
Un
ejemplo de innovación es el uso sistemático de dispositivos móviles de captura
en levantamientos, como forma de prueba para ver la respuesta de los
encuestadores, la de los encuestados, y cómo se procesan los datos, para
garantizar diligencia, pero también seguridad.
Esta
práctica se ha consolidado con la más reciente Encuesta Nacional de Hogares de
Propósitos Múltiples, ENHOGAR – MICS 2019, la cual se está levantando en este
preciso momento, y hasta diciembre, la cual trae importantes innovaciones como
el uso de tabletas para las entrevistadoras y la inclusión, de manera inédita,
de un módulo de la calidad de agua que consume la población en el hogar.
Por
igual, la innovación toca a la actualización cartográfica censal, la cual se
realiza con tablets, imágenes satelitales y con la prueba de uso de drones.
Mismo caso con el Estudio de Oferta de Edificaciones, la Encuesta Agrícola y la
Encuesta Nacional de Analfabetismo.
Se
ha innovado en los Registros Administrativos. Por un lado, la interoperabilidad
con la JCE, para las estadísticas demográficas; y con Aduanas, para comercio
exterior, una muestra fehaciente de cómo hemos innovado en cuanto a los
registros administrativos que refuerzan al Sistema Estadístico Nacional.
Además,
estamos desarrollando una aplicación móvil donde la población pueda acceder a
información oportuna, creíble y de interés.
Por
último, quiero anunciar hoy aquí, que a partir de noviembre iniciaremos con la
publicación de las bases de datos como parte de una política de DATOS ABIERTOS.
Lo
anterior solo confirma una vez más cuán importante es el petróleo de nuestro
siglo, los datos, para tomar las mejores decisiones.
En
cuanto a ámbitos de levantamiento realizados de manera inédita, podemos
mencionar la Encuesta Nacional de Analfabetismo; y las encuestas de Demanda de
Recursos Humanos en la tecnología de la información y comunicación en RD; y la
de Cooperación Empresarial Universitaria, con la colaboración del Ministerio de
Educación Superior, Ciencia y Tecnología, y con el financiamiento y apoyo
técnico de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea- KOICA.
Con
todo lo anterior, hemos dado los pasos concretos y necesarios para hacer más eficientes
los procesos y recursos, un cambio cultural para dejar atrás el papel y el lapiz;
para sumarnos a la tecnología de estos tiempos.
En
julio de este año, fue presentada la Encuesta Nacional de Actividad Económica
2018, enfocada en la Industria Manufacturera, resultados del Sector para los
indicadores de empleo, remuneraciones, costos, gastos e ingresos de las
empresas de más de quince empleados.
Un
dato de interés del ejemplar que tienen en sus manos, se estima que, en el año fiscal
del 2017, el valor bruto de producción nacional de las empresas que participaron
en el Sector de las Industrias Manufactureras, con más de quince empleados,
ascendió a RD$818,014.34 millones.
Se acredita, por su parte, que el 98.6
% de este monto fue generado por emprendimientos económicos relacionados con
las actividades industriales realizadas.
Señoras y señores,
Apostamos
al fortalecimiento interinstitucional, y el acercamiento a todos los sectores
de la vida nacional, en particular, aquellos del ámbito productivo que apelan a
la innovación y la competitividad, como es el caso de la AIRD.
Esto
me lleva a una invitación final, y es la de acceder y usar la información
estadística disponible que tenemos en la ONE, tanto en nuestro portal www.ONE.GOB.DO, como en nuestro centro de
documentación.
Pues
poco y nada sacamos con producir y actualizar estas encuestas y registros, si
ustedes no las utilizan o usan de referencia.
Me permito cerrar con
esto.
Los
datos son el activo más valorado del mundo, el ORO NEGRO de nuestro tiempo, y
es lo que nos convertirá en una sociedad del conocimiento. Su uso al servicio
de los mejores intereses ya no es una excepción, sino que debe ser la regla.
En el 2018, Apple, Google, Microsoft,
Amazon y Facebook, las cinco empresas con mayor valor de mercado en los Estados
Unidos, reportaron ingresos por un monto de 802,000 millones de dólares, cifra
que es superior al Producto Interno Bruto de Arabia Saudita y de Suiza.
Asimismo, las ganancias de estos
gigantes tecnológicos fueron 1.5 veces superiores al PIB de Argentina, 2.4
veces al de Colombia y 9.5 veces mayor
al PIB del 2018 de la República Dominicana.
A
la luz de estos datos, cabe hacer un llamado, a la responsabilidad que nos
compete a todos, de apostar a los datos para conquistar el desarrollo.
Un
dato, valga la redundancia, lo confirma: Cuando se utilizan los datos para
mejorar la competitividad, se logra un aumento del 241% en el rendimiento de
las inversiones, según la guía título “Field Guide to Data Science 2013”.
Medir,
analizar y comprender nuestra situación, es el primer gran paso que nos llevará
a tomar las mejores decisiones, las que impulsen su mejoría, y las adecuadas
políticas públicas, aquellas que fijen el rumbo de la competitividad, el
desarrollo y la prosperidad para la gran mayoría de los dominicanos.
Porque Con Mejores Datos,
Forjaremos Mejores Vidas.
Muchas gracias, buenos
días y que Dios los bendiga.