PALABRAS
DEL ING. JUAN B. VENTURA
ALMUERZO XXXV ANIVERSARIO
ASOCIACIÓN
INDUSTRIALES DE LA REGIÓN NORTE (AIREN)
27
de noviembre de 2019
Amigos todos
Juan B. Ventura (Tito) Presidente de AIREN |
Es para la Asociación de Industriales de la
Región Norte (AIREN) más que un privilegio, una distinción contar con la
presencia de cada uno de ustedes en este almuerzo anual, que coincide con la
celebración del XXXV Aniversario de nuestra fundación como entidad. Un
privilegio, además, contar con la participación de una invitada especial,
alguien que ha demostrado al país y al mundo de lo que es capaz un dominicano, ella
es Paola Santana, abogada y empresaria dominicana, radicada en Silicon Valley,
California, considerada entre las 20 latinas más influyentes de la industria
tecnológica, con quien conversaremos sobre la “Industria 4.0: Disrupción
Tecnológica”.
AIREN atesora más de tres décadas de esfuerzos con una
dirección clara: el desarrollo industrial de las catorce provincias de la
Región, convencidos de que la transformación de materias primas y bienes
intermedios, mediante la industria y la agroindustria, son claves para el
desarrollo sostenible del Cibao.
Durante ese tiempo son muchos quienes, al frente de la
AIREN, han dado lo mejor de sí para convertir nuestra institución en un
instrumento eficaz de bienestar para la región y para la defensa de los
intereses de la industria. En ese sentido, hoy
vamos a reconocer a nuestros pasados presidentes, convencidos de que han
dejado su huella al andar. Para ellos,
pido un fuerte aplauso.
La intensidad y la velocidad de lo que se ha llamado
la 4ta. Revolución Industrial conduce a muchas
preguntas sobre el futuro del empleo y el futuro de la industria en países
como República Dominicana, cuya inversión en Investigación y Desarrollo es
extremadamente baja.
La 4ta. Revolución
Industrial corresponde a una nueva manera de organizar los medios de
producción. El objetivo que pretende alcanzarse es la puesta en marcha de un
gran número de “Fábricas Inteligentes”, (Smart Business), capaces de una mayor
adaptabilidad a las necesidades y procesos de producción, a las demandas del
mercado, así como a una asignación más eficiente de los recursos.
Coincido con quien afirmó que el riesgo para nuestras industrias y nuestros empleos no está en la
robotización, la inteligencia artificial, el big data, sino todo lo contrario:
está en no colocarnos en este tren veloz
que es hoy la inteligencia artificial, la robotización, la tecnología de punta.
Es decir, si queremos más y mejores empleos, la automatización es inevitable.
Un informe de la OCDE indica que hoy hay empleos en alto riesgo de
automatización, mientras otros están obligados a una transformación radical
si desean sobrevivir. Se está apreciando la capacidad de comunicación con los
robots. Esta tendencia afecta tanto a trabajos rutinarios como a
especializados. No hay nada fuera de esta marcha vertiginosa del conocimiento.
Los cambios son tan rápidos que afecta a los empleos,
a la competitividad de las empresas, a las economías locales.
Bertrand
Russell expresó que “gran
parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo de hoy se deben a que
los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”.
Es
un momento propicio para despejar nuestras dudas.
La tecnología va más rápido que las personas,
pero el esfuerzo principal corresponde a
los trabajadores y empresas. Solo logrando la transformación de nuestras
aptitudes y actividades respecto a las nuevas tecnologías, lograremos que la
transformación digital desemboque en la Industria 4.0.
Las respuestas a tantas interrogantes requieren de
algo a lo que se ha referido en otras ocasiones nuestra conferencista invitada.
Me refiero a entender el conocimiento,
el avance, como disruptivo, como fruto de saltos, no simplemente de pequeños
pasos. Estamos obligados a saltar.
Quienes consideran el aprendizaje y el
avance solo como una línea recta, sean individuos o empresas, se condenan a sí mismos a
transitar a un ritmo en que quedarán
rezagados, serán dejados atrás, no podrán dar respuestas nuevas a los
problemas actuales y respuestas acertadas a los nuevos problemas.
La AIREN se ha preocupado constantemente por fortalecer la capacidad de nuestro capital
humano, las competencias de nuestros colaboradores, la fortaleza de las
empresas familiares. Hemos contado con un
aliado formidable en el Instituto de Formación Técnico-Profesional –INFOTEP-
a quien hoy reconocemos muy merecidamente en la persona de su director, Rafael
Ovalles. Con el Infotep hemos formado una sólida alianza que nos ha permitido,
año tras año, suplir los requerimientos de formación de nuestros socios y otras
empresas. Pido un fuerte aplauso para el Infotep.
Esta alianza y otras que establecemos con el mundo
académico y sindical, conducen a la posibilidad de hacer de la formación una
obligación y un derecho para toda la vida.
El aprendizaje de por vida debe ser un
derecho de los trabajadores y un deber en la medida en que quieran conservar su capacidad de
inserción en el mercado laboral o, por lo contrario, corren el riesgo de
convertirse en damnificados de las nuevas tecnologías.
Las empresas estamos obligadas –por nuestra propia competitividad y
por el bienestar de nuestros colaboradores- a facilitar este aprendizaje.
Amigos presentes
Agradecemos sobremanera la presencia de nuestra
oradora invitada, Paola Santana, una dominicana que le ha dicho al mundo que sí
se puede, un ejemplo de una profesional joven decidida a aportar su talento
para transformar.
Finalizo retomando una idea: avancemos a saltos, sin obviar los avances lineales. Es un desafío
para las empresas y un desafío para las personas, para nuestros colaboradores. Abramos nuestra mente.
Termino citando a un industrial norteamericano, y un
modelo de lo que significa saltar en el conocimiento, Henry Ford:
“Cualquiera que para de aprender se hace
viejo, tanto si tiene 20 como 80 años. Cualquiera
que sigue aprendiendo permanece joven. Esta es la grandeza de la vida”.
Muchas gracias.