AIRD:
Debilidad
institucional impide mejores resultados
Bonetti
dice problema principal es que actores políticos no están convencidos de la
importancia de la industrialización
República Dominicana ha tomado la mayor parte de las
iniciativas que se han implementado en otros países para un proceso de
industrialización exitoso, pero el factor principal que ha impedido mejores
resultados ha sido la debilidad institucional y la falta de una coordinación
coherente y continúa al interior del sector privado, entre los entes públicos y
entre ambos, expresó Ligia Bonetti, presidente de la Asociación de Industriales
de la República Dominicana (AIRD).
Bonetti, quien fue la oradora principal en la Asamblea
Eleccionaria de la Asociación de Industriales de la Región Norte (AIREN), en la cual Lina García fue designada para un nuevo período.
La consecuencia de esta debilidad ha conducido a un
proceso de desindustrialización lo cual se evidencia en el cambio de año base
de las cuentas nacionales, pues la industria local pasó de representar el 21.8%
del Producto Interno Bruto (1991) a 12.3% (tomando como base el 2007).
Indicó que “mientras en los países exitosos han
privilegiado la industria manufacturera orientada al sector exportador, la diversificación
y el avance permanente en el posicionamiento en ramas más dinámicas, en los
países latinoamericanos se ha privilegiado el turismo, sectores primarios como
el petróleo, pesca, minería, algunas actividades agrícolas, el forestal, y
servicios varios”.
Dijo que una característica de los países exitosos lo
constituyen las alianzas perdurables con el sector privado y el poder real para
la puesta en marcha de las decisiones, pero en Latinoamérica las alianzas han
sido inestables y carentes de poder.
Al hablar de las instituciones, señaló que “mientras los
países exitosos han contado con una arquitectura institucional afín a los
objetivos estratégicos planteados, en América Latina la institucionalidad se ha
evidenciado rígida e ineficiente para aplicar con éxito algunas definiciones, a
lo cual se suma un Estado débil y un sector privado que fue incapaz de
liderar”.
Concluyó diciendo que una política industrial exitosa
requiere fuerte coordinación entre los sectores público y privado, una apuesta
a la industria manufacturera apoyada con financiamiento, fortaleza
institucional y compromiso del liderazgo político en sus más altos niveles.
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