PNUD aboga por nuevo pacto entre
Estado, mercado y sociedad
Crespo señala necesidad
agenda de la igualdad
entre hombres y mujeres pase de los márgenes al centro.
Palabras de Raissa Crespo, Oficial de Género del PNUD
Foro "Empresas e Igualdad de Género: Inclusión, Competitividad y Desarrollo Sostenible
Foro "Empresas e Igualdad de Género: Inclusión, Competitividad y Desarrollo Sostenible
18 de agosto de 2015, Asociación de Industrias de la
República Dominicana (AIRD)
En las últimas décadas el mundo ha sido testigo de importantes cambios
sociodemográficos, ambientales y económicos que han planteado nuevos retos para
lograr un desarrollo amplio y equitativo basado firmemente en el paradigma del
desarrollo humano. Este año en el que se finaliza el período designado para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, con la nueva agenda global y
unos nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible que guiarán nuestras acciones de
desarrollo, enfrentamos una nueva década marcada por el entendimiento de que
los problemas trascienden fronteras y los seres humanos enfrentamos los mismos
desafíos globales. Es por esto que se
requiere un cambio en todos los países, cada uno con su propio enfoque, pero
todos con un sentido global del bien común, lo que nos invita a pensar en
términos de responsabilidades compartidas para un futuro compartido.
En el contexto de transformación de las estructuras productivas, el
mundo del trabajo y el sector privado constituyen una dimensión central para
afianzar los avances logrados en la región y reducir dichas vulnerabilidades.
Sin embargo se observa que el empleo disponible privilegia mayoritariamente a
los hombres, desaprovecha el logro educativo de las mujeres y no consigue
eliminar la sobrecarga en las labores domésticas de las mujeres, a quienes en adición se les adjudica el
cuidado de los demás miembros de la familia.
Según las proyecciones demográficas de la Comisión Económica para
América Latina (CEPAL) las mujeres representan el 50,9% en la región, lo que
equivale a más de 300 millones de personas, sin embargo se insiste en tratarlas
como un grupo minoritario o vulnerable. Muchas de ellas tienen condiciones de
vida y de trabajo precarias y enfrentan situaciones de persistente
discriminación. A pesar que en las últimas décadas la tendencia mundial ha sido
el aumento de la tasa de mujeres en las
universidades y un incremento en la fuerza laboral, estas variables no se
compensan equitativamente.
Por ejemplo en la República Dominicana a pesar de constituir el 60% de quienes
estudian en las universidades y el 80% de quienes se gradúan con honores en las
mismas, la tasa de desempleo de las
mujeres es de 23.1% comparada con 9.7%
para los hombres; y las mujeres con las mismas capacidades profesionales que
los hombres ganan un 20% menos. Asimismo, más de la mitad de las mujeres ocupadas, en la economía dominicana, están en
el sector informal, donde los salarios son los más bajos del mercado laboral y
donde no pueden acceder a empleos de calidad, con protección social e ingresos
dignos.
Por otra parte, el aumento de
las tasas de empleo de mujeres tampoco se refleja en las tasas de participación
femenina en las posiciones directivas, reduciéndose la proporción de mujeres en
las empresas a medida que se asciende en los niveles jerárquicos y en la
conformación de los directorios y juntas y comités ejecutivos, realidad que se
manifiesta en el mundo entero. Recientemente, un estudio efectuado por el
instituto de investigación de Credit Suisse en más de 3000 compañías de 40
países del mundo concluye que “directivas
donde participan mujeres tienden a limitar el riesgo y en promedio a tener
menos deuda, lo cual parece ser uno de los motivos por los que estas compañías
han tenido mejores resultados en los últimos seis años”. Estilos
particulares de liderazgo atribuidos a las mujeres, como el depositar
expectativas, otorgar reconocimiento y tomar decisiones de forma participativa,
se asocian con un aumento de la efectividad. El informe del Foro Económico Mundial del 2013 establece que “los
países y las empresas pueden ser competitivos únicamente si desarrollan, atraen
y retienen los mejores talentos, masculinos y femeninos”.
Como vemos las
actuales demandas sociales giran en torno a nuevas dimensiones que
buscan el reconocimiento y la ampliación de derechos, así como políticas
activas para mejorar la calidad de vida de las personas y combatir las
desigualdades, exclusiones y discriminaciones. Demandas que, como hemos
podido comprobar no se resuelven exclusivamente con el crecimiento económico, y
cada vez es más evidente la necesidad de un nuevo pacto entre Estado, mercado y
sociedad, propicio para que la agenda de la igualdad entre hombres y mujeres
pase de los márgenes al centro. Es por ello que el PNUD se ha comprometido de
lleno en apoyar y ser un aliado importante de los gobiernos y las empresas en la creación de marcos normativos adecuados para
mejorar el acceso y las oportunidades de las mujeres, y promover la
participación de las mujeres en los puestos de mayor responsabilidad y decisión
a la par que los hombres.
En este contexto, hemos establecido hojas de ruta claras, herramientas y
guías para acompañarles en garantizar la igualdad de género en el mundo del
trabajo. Desde el 2009 el PNUD ha impulsado la creación de Programas de
Certificación de Empresas por la Igualdad de Género, conocidos como Sellos de Igualdad, existente en 13
países de la región, y que reconoce a aquellas empresas comprometidas con el
cumplimiento de los derechos humanos, el trabajo decente y la igualdad de
género.
De igual modo, los Sellos de Igualdad se han consolidado como un espacio
de intercambio y de cooperación Sur-Sur entre los Estados y las Empresas. El
PNUD ha lanzado el Sistema Indica
Igualdad, una Plataforma Regional para el Seguimiento de Brechas de Género,
para el apoyo a todos los programas de los países. Tal ha sido el éxito de esta
experiencia de América Latina y el Caribe,
que actualmente el PNUD está apoyando en la globalización del proceso iniciando la transferencia con Egipto, Turquía y países
de Asia-Pacífico.
Se han llevado
a cabo reuniones presenciales entre gobiernos y especialistas para preparar los
programas son 6 encuentros Regionales en Panamá, Uruguay, México,
Chile y Colombia. Asimismo se han celebrado dos Foros Regionales. El
Primer Foro de Empresas por la Igualdad de Género en 2012 en México con más de
200 participantes de 70 empresas, el Segundo Foro de Empresas por la Igualdad
de Género en 2014 en Cartagena, Colombia. Y se está organizando el tercero en
Brasil, en el primer semestre del 2016.
Hoy en República Dominicana, Igualando
RD, es un hecho que apoyamos liderado por el Ministerio de la Mujer con el
acompañamiento del Ministerio de Trabajo y el Consejo Nacional de Competitividad,
a lo que se han sumado muchas otras instituciones del Estado y empresas en la
conformación de una Norma país avalada por el INDOCAL como Modelo de Gestión de
Igualdad de Género en las Empresas, la cual esperamos se oficialice en el próximo
mes. Entre estas instituciones y organizaciones que apoyan la norma y la
iniciativa cabe mencionar además del INDOCAL, al Ministerio de Industria y
Comercio; el Ministerio de Educación
Superior Ciencia y Tecnología; el Ministerio de Administración Pública; el
Ministerio de Energía y Minas; el
Ministerio de Interior y Policía; PROINDUSTRIA
; Proconsumidor; Fundación por los Derechos del Consumidor (FUNDECOM);
Asociación de Industriales de Herrera; Asociación Dominicana de Zonas Francas
(ADOZONA); Banco BHD León; Industrias Nigua; ARGOS; y por supuesto la Asociación de Industrias de
la Republica Dominicana (AIRD) quienes tan amablemente nos sirven de
anfitriones en esta mañana. Cabe recalcar que las empresas no están solas si
deciden trabajar por la igualdad y la inclusión, el Gobierno junto al Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo estamos para apoyarles en este
proceso de cambio.
Termino mis palabras con una frase del Secretario General del Sistema de
Naciones Unidas, Ban Ki Moon, “invertir en las mujeres es no solo lo correcto,
es lo más inteligente. Estoy plenamente convencido de que, en las mujeres, el
mundo tiene a su disposición la fuerza más influyente y desconocida para el
desarrollo y la paz”. Este es el siglo de las mujeres: no realizaremos nuestro
pleno potencial si seguimos dejando atrás a la mitad de la humanidad, lo que
nos convoca a acabar con todas las formas de desigualdad y discriminación por
motivos de género, así como con la violencia contra las mujeres y las niñas.
Muchas gracias por acompañarnos, feliz resto del día.
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