Muy buenos días,
Hace seis años, el 18 de abril del
2012, presentamos las conclusiones del Segundo Congreso de la Industria
Dominicana: un conjunto de estrategias y acciones que debían impulsar al sector
industrial dominicano hacia una mayor competitividad y convertirnos en un pilar
fundamental del desarrollo económico y social de la nación. El eslogan entonces
fue: Hacia una Nueva Era del Sector Industrial.
En aquella ocasión, como ahora, la
industria local y las zonas francas industriales actuamos bajo un mismo
enfoque, entendiendo que el país está llamado a formar y fortalecer un único
gran sector exportador dominicano. Un sector que actúa bajo la visión de la
Estrategia Nacional de Desarrollo que plantea que podemos ser un país próspero,
donde se vive con dignidad, seguridad y paz.
Para esto, la industria habría de
tornarse en un dinamizador de la economía. Hoy tenemos que decir que hemos
avanzado, pero muy poco con relación a las metas trazadas y con relación a lo
alcanzado por nuestros competidores. A nivel general hemos alcanzado un
51% de avance. Puede decirse que nos hemos quedado a medio camino.
Es una pena que después de seis años
sigamos con los mismos temas y muy pocos se hayan concluido.
En cuanto a
Política Comercial, Exportaciones y Producción Sostenible, sólo avanzamos hasta un
48% en las acciones propuestas, en este renglón contemplamos temas como la
posibilidad de un Fondo de Promoción de las Exportaciones, desarrollo de planes de
negocios de exportaciones, agilización del Registro Sanitario, involucramiento
del Cuerpo Diplomático, entre otros.
En Financiamiento para el Desarrollo alcanzamos un 66%. La razón de
este pobre comportamiento es que hemos avanzado en definir nuevos mecanismos,
pero falta mucho a su implementación y su efectividad.
Vimos como básico en una política
industrial el fomento de encadenamientos
productivos entre sectores. El balance nos permite afirmar que hemos
avanzado en un 69%. Las metas anheladas no se lograron cumplir, en muchos casos
por las trabas administrativas que impiden un encadenamiento efectivo entre
sectores productivos, de hecho, en algunos casos se han incrementado estos
obstáculos. La actitud de las empresas de zonas francas y de la industria local
de involucrarse es positiva, siendo una muestra los match makings, celebrando
cientos de reuniones entre actores.
La política de compras
gubernamentales debe variar, como indicamos en el Día de la Industria. Se han
hecho esfuerzos para involucrar a las PYMES, pero al parecer para algunas
instituciones no se visualizan las compras como parte de un proceso de
fortalecimiento de la industria nacional, con una visión integral de lo que es
una política industrial.
En cuanto a Infraestructura, alcanzamos un 58% de nivel de avance. Hemos avanzado.
Falta concluir la circunvalación de Santo Domingo, reducir peajes para
aprovechar estas infraestructuras como elemento de competitividad y, sobre
todo, concluir de una vez por todas el Pacto Eléctrico para resolver uno de los
mayores escollos arrastrado por año que es el suministro eficiente de energía
eléctrica.
Un eje formulado fue el de Fomento del Empleo Formal, en el cual
avanzamos en un 50%. Gracias al 2do. Congreso Industrial, el Presidente Medina
convocó el Diálogo para la Reforma del Código Laboral, pero este proceso no ha
concluido, lo cual permitiría a las empresas la posibilidad de crear más
empleos y una menor carga en costos laborales.
Es importante resaltar el apoyo dado
por el Gobierno a la formalización de las PYMES.
En Capital Humano, Investigación, Desarrollo e Innovación, mostramos
un pobre 31% de avance. Es un área en la que necesitamos, con urgencia, la
definición de políticas que permitan impulsar la innovación.
Finalmente, en Apoyo Institucional
alcanzamos un avance de 63%. Se aprobó la nueva Ley del MICM, pero siguen
persistiendo problemas de duplicidad y solapamiento en instituciones del Estado
que sirven de apoyo al sector industrial.
La Mesa Presidencial de Seguimiento
a la Política Industrial recibió un empuje inicial significativo, pero a la
fecha tiene cuatro años que no se reúne.
Las metas son amplias, pero el
avance ha sido insuficiente y se han profundizado temas críticos para el país,
tales como un crecimiento pírrico del empleo en el sector industrial,
profundización del déficit comercial, insuficiente participación de nuestras
exportaciones en las exportaciones mundiales, caída de la participación del
sector en el PIB, problemas en el sector eléctrico con un Pacto que no acaba de
firmarse y mucho menos de respetar su posible implementación, un Índice Global
de Competitividad por debajo de la meta propuesta en la Estrategia Nacional de
Desarrollo, entre otros aspectos.
Las exportaciones con respecto al
PIB en el período han ido perdiendo participación y hemos quedado lejos del
promedio en Latinoamérica.
La falta de implementar a cabalidad
las acciones propuestas nos amenaza con hacer tambalear lo poco logrado. Hay
que revertir la tendencia, hay que aferrarnos al cambio.
Hoy nos abocamos al proceso del 3er
Congreso Industrial, seguros de que están dadas las condiciones para que el
sector privado y el sector público, aunando esfuerzos, puedan desarrollar un
proceso de discusión y elaboración de propuestas que conduzcan al país hacia
una nueva era de industrialización bajo las consignas de “Productividad, Inclusión,
Sostenibilidad”.
Esperamos aportar para la definición
de políticas de desarrollo productivo que tomen en cuenta que estamos llamados
a planificar nuestro desarrollo productivo con inversiones que nos permitan
implementar cambios estructurales en nuestra economía.
Como señalamos al celebrar el Día de
la Industria Nacional, la política industrial a la que aspiramos ha de tomar en
cuenta que lo que producimos aquí genera empleos aquí, impuestos aquí, mueve la
economía, ahorra divisas, haciendo posible que la política comercial conduzca a
reducir nuestros tradicionales déficits comerciales.
Se trata de una política que fomente
instrumentos financieros de desarrollo productivo a largo plazo, de apoyo
financiero a la tecnología, la innovación, la maquinaria industrial.
Hemos sido exitosos en atraer
inversión extranjera –como ya explicamos anteriormente-, pero una política
industrial ha de enfocarse en el carácter estratégico de dicha inversión para
lo cual es importante adoptar políticas administrativas, fiscales y formativas
locales orientadas a que las empresas nacionales puedan suplir eficientemente y
con mayores estándares de calidad a las empresas extranjeras.
Una política industrial en que se
tome en cuenta el desarrollo productivo en todas las decisiones del Estado,
sobre todo en las compras gubernamentales.
Estas son algunas de las cosas que
discutiremos en este proceso que es el Tercer Congreso Industrial, en el cual
ocho instituciones participan de la coordinación: Asociación de Industrias de
la República Dominicana (AIRD), Asociación Dominicana de Zonas Francas
(ADOZONA), Ministerio de Industria y Comercio y MIPyMES, Ministerio de la
Presidencia, ProIndustria, Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación,
CEI-RD y Consejo Nacional de Competitividad.
Además, contamos con la riqueza de
la participación de todas nuestras asociaciones afiliadas, así como de líderes
industriales, técnicos, industrias de diversos sectores, en un proceso rico que
se extenderá hasta el mes de septiembre y que pondrá en manos de los hacedores
de políticas públicas y en manos del sector industrial propuesta que han de
llevarnos hacia una nueva era de industrialización bajo el lema de
PRODUCTIVIDAD, INCLUSIÓN, SOSTENIBILIDAD.
Muchas gracias.
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