martes, 14 de agosto de 2018

Falcondo - Es posible una minería responsable


Palabras de Celso Juan Marranzini, vicepresidente de la Directiva Nacional de la Asociación de Industrias de la República Dominicana en el Desayuno Temático
“Acciones Industriales que Transforman: Loma Ortega Reverdece: un cierre de mina de clase mundial¨

Martes 14 de agosto, 2018

Celso Juan Marranzini
El potencial de desarrollo industrial de República Dominicana es inmenso. En cada provincia del país los recursos de que disponemos, la capacidad emprendedora de los dominicanos, su inclinación a la inversión productiva en pequeñas, medianas y grandes industrias, la flexibilidad de la fuerza laboral que se adapta con facilidad a los cambios, es una riqueza que sienta la base para lo que se llama desarrollo sostenible.

Es decir, el aprovechamiento efectivo de los recursos naturales para satisfacer las generaciones presentes, proporcionándoles desarrollo y bienestar, sin sacrificar las generaciones futuras, a través de preservarles las condiciones ambientales requeridas.

La gran minería es un ejemplo de este enfoque. El caso Falcondo es un paradigma de clase mundial, sustentado en los más exigentes parámetros de minería sostenible. Hoy damos la bienvenida a este desayuno temático a Edwin Deveaux, vicepresidente de Falcondo, quien tendrá a su cargo la presentación principal.

Su exposición tendrá por centro lo que conocemos como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual puede ser considerada como la carta que se han dado las naciones para lograr una mayor calidad de vida para todos.

Este documento fue aprobado en septiembre del 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, siendo la guía de trabajo para los próximos 15 años. Falcondo ha estado involucrada en el logro de los 17 objetivos de esta Agenda incluso antes de que fueran formalmente formulados como tal.

Una de las características de esta Agenda es la integralidad de sus objetivos. No se trata de una visión fragmentada. En esta visión las políticas unilaterales implican una pérdida de oportunidad de avanzar de modo integral. Un objetivo marca o condiciona a otro, en una compleja interrelación entre todos. Además, plantean la necesidad de que nadie se quede atrás. En ese sentido, como lo ha venido planteando una y otra vez la AIRD, “Jugar del mismo lado es importante para no dejar a nadie atrás”.

La experiencia de Falcondo que hoy tendremos la oportunidad de conocer, es un vivo ejemplo de esta integralidad. Todos los objetivos están implicados, unos de modo indirecto, otros de modo moderadamente directos y otros muy directos. Entre estos últimos todo lo relativo a acción por el clima, vida de ecosistemas terrestres, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, industria, innovación e infraestructura y educación de calidad.

Una minería responsable implica que al terminar la intervención en un área geográfica determinada, ésta quede lo más parecida a como fue encontrada originalmente e incluso mejorada, teniendo como pilares la preservación de bosques, el sistema de manejo de aguas, la restauración de bosques, los controles de emisiones.

Un ejemplo de que Falcondo lo hizo y lo hace bien es que actualmente Monseñor Nouel es la provincia con mayor cobertura boscosa del país, con un 62.93%, y La Vega la segunda, con un 60.7%. En comparación con un promedio de 39.7% para el país. En el caso de Loma Ortega, hay que indicar que el 98.6% (aproximadamente 7,000 de 7,150 tareas) del total de la propiedad de la minera en dicho lugar actualmente cuenta con cobertura boscosa.

Sus aportes al fisco también son significativos. El 55% de sus ganancias constituyen impuestos y dividendos al Gobierno dominicano (sin contar las significativas inversiones en desarrollo económico-social, de lo cual nos expondrá los detalles nuestro invitado). Una generación de 2,000 empleos directos de calidad y unos 10,000 indirectos.

República Dominicana tiene un enorme potencial minero. Diversas empresas están en la capacidad –y lo han demostrado- de un ejercicio responsable de esta actividad –de lo cual hoy conoceremos el caso de Falcondo-. No nos neguemos a las riquezas de una tierra bendita, bajo regulaciones que nos garanticen que es una tierra para nosotros y para las futuras generaciones, que no se trata de un bienestar momentáneo, sino de una posible plataforma para la prosperidad a largo plazo, de acercarnos a los objetivos del desarrollo sostenible.

Muchas gracias.

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