Subrayando:
Lina García: Rompan esquemas…
Palabras pronunciadas por Lina García Almánzar, con
motivo de la XII graduación ordinaria de la Universidad APEC, extensión Cibao /
11 de Julio, 2014
Dr. Radhamés Mejía, Rector de la Universidad APEC.
Prof. Carlos Sangiovanni, Vicerrector Académico.
Dra. Luz Inmaculada Madera, Vicerrectora de Investigación, Innovación y Relaciones Internacionales.
Dra. Dalma Cruz,
Vicerrectora de Graduados
Sra. Araminta Astwood, administradora general
Licda. Luz Bienvenida González, Directora UNAPEC de la Extensión Cibao.
Autoridades académicas y administrativas, y demás miembros de esta
comunidad universitaria
Orgullosos Padres, amigos y familiares de los graduandos
Apreciados graduandos
MUY BUENOS DIAS:
Hoy es un día muy especial para este grupo de
profesionales y me siento privilegiada de poder sumarme a su regocijo.
Agradezco la
oportunidad que me brindan las autoridades de la Universidad APEC de compartir
algunas ideas con ustedes. Siempre
disfruto el ambiente educativo, cargado de retos, donde cada día podemos
descubrir lo nuevo, aprender, reaprender y como hoy, ver sueños cumplidos.
Al igual que ustedes hace ya 18 años recibía yo mi
título universitario y hace 11 años terminé mi maestría en esta misma casa de
estudios. En ambos casos recuerdo el
deseo que tiene uno de terminar rápido con este evento para poder celebrar
junto a familiares y amigos este nuevo logro alcanzado. Por lo tanto, al momento de preparar mis palabras pensé que estas
deberían ser cortas, y que las mismas le
dejasen un mensaje positivo y motivador.
Ustedes están cerrando hoy una etapa de su vida y van
a comenzar otra. La llegada de este
momento fue siempre un sueño. Creo que deben ahora forjarse un próximo sueño,
en el cual obviamente tendrán muchos retos, y la primera idea que quiero
transmitirle es: no tengan miedo.
En la vida hay
que atreverse, peor es dejar de intentarlo por temor al fracaso. Les cuento que cuando recibí la primera
llamada en que me proponían ser presidenta de la Asociación de Industriales de
la Región Norte (AIREN), hace ya 6
años, mi primera reacción “fue ayyy no, todavía no es tiempo”. Pero cuando lo consulte con mi papa, su
respuesta fue: “ Claro que sí!! El tiempo te llego y tienes que aprovecharlo”.
Decidí entonces asumir el reto, me costó prepararme, esforzarme pero, como siempre dice mi papá “el que hace su tarea, pasa de curso”.
Les
animo pues, a que no se rindan, que lo
intenten y siempre den lo mejor de sí!!!
En estos tiempos los profesionales se distinguen unos
de otros por esa capacidad de dar la milla extra, de hacer un poco más de lo
que se les pide y de la efectividad en comunicar sus ideas. Rompan esquemas cuando tengan una idea para
mejorar la forma de hacer las cosas.
No deben tener miedo al cambio, pues es lo único constante en el trayecto de
la vida. Lo más importante es que siempre tendrán la posibilidad, el
privilegio, de decidir la dirección en la que quieren empujar esos cambios,
esas transformaciones. Naturalmente, esto no significa que no se encontrarán
con dificultades, tropiezos y fracasos.
Muchas veces tendrán la necesidad de empezar de nuevo, pero la
actitud con la que asuman las dificultades es lo que hará la diferencia entre
tener a alguien paralizado por el miedo al cambio, amargado por dolorosas
derrotas, por circunstancias que le pueden parecer injustas –y a lo mejor lo
son- o a alguien que mira con optimismo
la vida, que valora lo que tiene y no lo que ha perdido o tenido que dejar
atrás. Es decir, alguien que sabe percibir una
oportunidad donde otros tan solo ven una desventaja.
Ustedes llegan a la vida profesional en un momento muy
interesante, pues tienen la oportunidad de involucrarse y ser parte importante,
decisiva, en las transformaciones que
están ocurriendo en nuestra sociedad.
Es verdad que este
país enfrenta muchas dificultades y desequilibrios que deben ser corregidos. Tenemos
el caso de que una parte de nuestra población vive en la pobreza, nuestra
balanza comercial o, dicho de otra manera, el resultado neto de nuestro
intercambio comercial con otros países es negativo, y el
64.8 por ciento de la población percibe un deterioro de la seguridad
ciudadana; pero, hay signos muy positivos de que las cosas pueden mejorar.
Y es aquí, estimados graduandos, donde es necesaria su
actitud positiva y proactiva. Así como tenemos muchos pobres, tenemos
también un Producto Interno Bruto que ha crecido un 5.8% en los últimos 10 años
y, por tanto, la meta debe ser una mayor
equidad y distribución de las riquezas. Alguien afirmo que “…la educación
es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la
libertad y el engrandecimiento de los pueblos”. Entonces debemos confiar que el aumento sin precedentes de la inversión
en educación nos augura que en el futuro tendremos una población mucho más
educada, capaz de obtener mejores empleos y un mejor nivel de vida. Todo lo cual
conduce a la reducción de la delincuencia vía la desaparición de
ciudadanos marginados y sin un mínimo de ingresos necesarios para una vida
decente.
Por otro lado, cerca del 65% de la matrícula
universitaria está formada por mujeres, y de igual forma nuestra presencia en
el mundo laboral y profesional va creciendo, por lo que en poco tiempo
desaparecerá la diferencia de oportunidades reales de empleo entre hombres y
mujeres.
Ustedes tienen muchas ventajas comparativas con las
generaciones que le preceden. Nunca antes en la historia de la humanidad hubo
tales niveles de comunicación ni tal cantidad de conocimientos al alcance de
todos. Por eso, les invito a
incursionar en la vida institucional con
el objetivo de contribuir con este cambio de dirección tan necesario. Con gente
joven incursionando en este ámbito, podemos abrigar la esperanza de un futuro
mejor, y es algo que debemos animar.
Luchar por un sueño
En este tipo de ceremonia es muy frecuente escuchar a
los oradores alentando a los graduandos a que luchen por realizar sus sueños.
Yo también les animo, pero les digo que no
se aferren a ellos como quien en alta mar no tiene más que una sola tabla de
salvación. Nosotros cambiamos, los sueños cambian. Bien señalaba alguien
hace unos años que si todos nosotros buscásemos realizar los sueños que
teníamos de niños y niñas, el mundo estaría lleno de vaqueros y princesas. Manifiéstense
dispuestos a reformular sus sueños, a cambiarlos si es necesario, pero siempre mantengan sus parámetros bien altos:
no renuncien a la búsqueda de una mejor sociedad, del bienestar individual y
colectivo, incluyan en su credo diario la solidaridad y la capacidad de
comprometerse apasionadamente con causas que van más allá de las ganancias o
del prestigio. Les aseguro que sentirán
la satisfacción de apostar a dejar un mundo, un pedacito de mundo, mejor que el
que encontraron.
Para que esto sea posible es necesario sacudir las alfombras debajo de sus pies y de los pies de
sus mayores. Agradezcan a DIOS, a sus mayores y a la universidad todo lo que
le han aportado, con mucho respeto, pero también proclamen en alto que no son hombres y mujeres del pasado sino del
presente y el porvenir, que el futuro les pertenece. Tengan la certeza de que ustedes tienen poco
tiempo para hacer lo que puedan hacer. Rompan
esas leyes no escritas que dicen: eres joven, te falta experiencia; o eres
mujer, eso no es para ti. Rompan todas las leyes no escritas que crean cadenas
e impiden el avance del bienestar para ustedes, su familia y la sociedad.
También les digo, atrévanse a ser emprendedores,
innovadores, reformadores, descubridores, capaces de lo nuevo, y de la búsqueda
apasionada del bien común.
Muchas veces cometemos el error de vivir con los ojos tan fijos en la meta que olvidamos disfrutar
el camino. Disfrutemos del camino, del
día a día, de los logros intermedios, y también de los fracasos, de ellos
aprendemos. Quien por solo mirar la meta
se olvida del camino, se pierde de maravillosas experiencias. Gocen las experiencias de cada día.
Arturo Graf, escritor y poeta italiano, afirmó que una
persona comienza a ser vieja cuando renuncia a seguir aprendiendo. Así lo creo.
Intenten aprender constantemente, vean
el aprendizaje como un viaje continuo, sin final.
Mi comentario final tiene que ver con el móvil de sus
actuaciones. El motivo que escojan como profesionales, como parte de la
sociedad, como entes familiares. Estoy convencida de que los conocimientos y
las capacidades profesionales son herramientas necesarias para realizar los
cambios que demanda el mundo, pero eso solo tendrá utilidad cuando estemos
inspirados en la buena fe, en la confianza y el optimismo que nacen de una
conciencia tranquila, de la osadía de decir “creo en los demás y mi conciencia
está tranquila sobre mis actuaciones”.
El bien solo genera bien, así como las malas acciones producen malos
resultados. A veces hay que pagar un precio
alto por caminar de modo correcto, pero debemos pagarlo con gusto, porque al
final los resultados valen la pena, y dejaremos nuestras huellas.
Yo
creo en los milagros, y creo que todos
tenemos derecho a ellos. Estos milagros pueden venir caídos
del cielo, pero lo más probable, lo seguro, es que yo y cada uno de nosotros tiene la capacidad de hacer pequeños milagros
cotidianos, ordinarios, que marcarán la diferencia en la familia, en el
trabajo, en el entorno social en que les
toca desenvolverse. Conviértanse en hacedores de milagros, de
pequeños milagros, y verán que los caminos se pueden abrir para conducirlos a
una vida llena de confianza y optimismo.
Muchas Felicidades y
que Dios los ilumine a encontrar el camino correcto hacia sus sueños y llenar
sus vidas de felicidad y éxitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario