Eficiencia energética: en boca de muchos y en manos de pocos
Palabras de Antonio Isa Conde, Ministro de Energías y Minas, en el desayuno Temático AIRD en el marco de la Segunda Semana de la Eficiencia Energética / Santo Domingo, D. N. / Jueves 14 de septiembre, 2017
Si
compiláramos la cantidad de discursos, publicaciones,
declaraciones, noticias y otras intervenciones relativas al uso eficiente de
energía o a la eficiencia energética, tendríamos un gran tratado con más páginas
que La Biblia, El Quijote, Ana Karenina, Guerra y Paz y la famosa trilogía Millenium
en conjunto.
Circe Almánzar, vicepresidente de la AIRD, y Antonio Isa Conde, Ministro de Energías y Minas. |
Pero
si reunimos también los audios y los videos sobre el particular, tendríamos
tantas horas de contenidos que nos ganaríamos un espacio privilegiado en
Youtube. Y aun así seguimos hablando y hablando del tema. Pero, señores, hemos
hecho tan poco, tan poco, que deberíamos sentir vergüenza.
Y
quiero señalar que no me excluyo de la crítica. Mirando hacia adentro tengo que
decir que, como ministro de Energía y Minas, no he hecho lo suficiente y aunque
podría justificarme por la cantidad de temas y carencias que tenemos que
enfrentar en el MEM, no hay una excusa válida. Tenemos que hacer más.
Es
de justicia, sin embargo, reconocer algunas iniciativas privadas y públicas que,
aunque parciales, constituyen esfuerzos que merecen ser expandidos para acabar
con la cultura de derroche que arrastramos desde hace siglos en aspectos tan
vitales como el agua, los alimentos y la propia energía, que el clientelismo público ha
fomentado.
Aquí
tuvimos un presidente, de cuyo nombre no quiero acordarme, que construía los
multifamiliares y los entregaba a la gente necesitada de techo con servicios de
agua y de electricidad en un paquete gratuito y clientelar que fomentó el
derroche, porque –como se dice popularmente- “a lo que nada nos cuesta hagámosle fiesta”.
Pero
esa conducta no se ha queda solo en las capas más desposeídas de la población.
También tenemos personas pudientes que evaden el pago de la
energía eléctrica y el agua, y por demás derrochan estos recursos hasta más no
poder. Ocurre igual: - “a
lo que nada nos cuesta hagámosle
fiesta”.
Por esto nos parece loable la preocupación de
la Asociación de Industrias por el tema al impulsar este proyecto de eficiencia
en el uso de energía en Industrias Manufactureras del país, que contempló la realización de talleres y guías de buenas
prácticas, auditorías energéticas, desarrollo de instrumentos de financiamiento
y, entre otras cosas, la celebración de
esta Semana de la Eficiencia Energética, que ya ha llegado a su segunda
edición. Ese interés también queda plasmado en la creación de una nueva unidad ejecutora
para impulsar la eficiencia energética.
Es
también de justicia recordar además el Proyecto de Eficiencia Energética para
Pymes y Hogares de la Provincia Santo Domingo, ejecutado por la Asociación de
Empresas Industriales de Herrera con el auspicio de la Unión Europea. El programa
se inició en octubre de 2014 y aunque se hizo un esfuerzo por sensibilizar a
decenas de actores económicos solo se atrevieron a participar tres empresas,
pero con muy buenos resultados, al punto de que pudieron generar una economía
de 12.4 millones de pesos al disminuir el consumo en 1,504 megavatios en un
año, equivalentes a 4 días de generación hidroeléctrica.
También ha habido iniciativas individuales de
industrias, comercios, instituciones gubernamentales y viviendas, que han
logrado también buenos resultados. Pero todos esos esfuerzos están dispersos y
son insuficientes.
La
pena es que planes como estos no sean replicados por toda la sociedad porque,
si así fuere, tuviéramos un impacto enorme en la reducción de la divisa que
necesitamos para el pago de la factura petrolera, pero también la carga se
reduciría en los presupuestos de las empresas
(grandes y pequeñas),
así como en los hogares. Ni decir del efecto en el
medio ambiente, posibilitando una atmósfera más limpia con menos emisión de dióxido
de carbono, ayudando a enfrentar el cambio climático, que tantas consecuencias
funestas nos trae.
El
Ministerio está dando los pasos finales para el desarrollo de una campaña de
uso eficiente de energía que en principio abarcará al sector gubernamental.
Esto es parte de una Meta Presidencial que busca la reducción de un 10% en el
consumo de energía eléctrica.
Recordemos
que al comienzo del gobierno de Danilo Medina fue puesto en vigencia un sistema
de Metas Gubernamentales para todos los sectores de la vida nacional. Y una de
estas metas tenía el nombre de Plan Nacional de Eficiencia Energética.
Aplicando
una mayor amplitud de mira al asunto, cabe resaltar que el país debe afrontar
de manera decidida los retos pendientes en materia de eficiencia energética,
desarrollar un marco legal y establecer políticas públicas
que contribuyan al uso eficiente de la energía.
Una ley de
eficiencia energética es el instrumento ideal para establecer el marco
regulatorio necesario. Es por ello que con la suscripción del Pacto Nacional
para la Reforma del Sector Eléctrico y en cumplimiento del Artículo 10 del
Decreto No. 389-14, que convoca al Pacto, deberá impulsarse esa legislación.
De esa
manera se establecerán las responsabilidades y acciones específicas que llevarán a cabo cada uno de los actores,
instituciones y agentes en el sector eléctrico dominicano, indicadores y metas
desagregados por instituciones o empresas que permitan medir el grado de avance
en la ejecución y logro de los objetivos así como un cronograma de trabajo,
sobre la base de los acuerdos pactados.
Una ley de
eficiencia energética debe tener como objetivos específicos:
Reducir
la tasa de crecimiento en la demanda de derivados del petróleo.
Reducir
la dependencia energética.
Mejorar
la eficiencia energética tanto en los sectores de la demanda como de la oferta.
Sustitución
a tecnologías más eficientes,
Búsqueda
particular de ahorro y uso eficiente en el sector transporte,
Regulación,
normalización y reglamentación en eficiencia energética,
Fortalecimiento
de las capacidades técnicas y tecnológicas,
Búsqueda
y fortalecimiento y consolidación de la gobernanza de la eficiencia energética
y,
Promoción
de la educación y difusión de la eficiencia
Pero lo más importante de esto es establecer un
régimen de consecuencias rígido que castigue –hasta con la destitución- el
incumplimiento de las normas establecidas, porque es necesario reconocer que
distintos gobiernos han tomado medidas, emitido decretos y creado normas de
ahorro energético que sencillamente, por no contar con ese régimen de
consecuencias, la gran mayoría de los funcionarios responsables de cumplirlos
nunca le hicieron caso.
Y esta historia se repite no solo en el tema de la
energía sino en otras medidas que se
toman focalizadas en el ahorro y el uso eficiente de los recursos públicos. Y
esto tiene que cambiar.
“Mano dura contra los transgresores de las normas”.
Con la
implementación de las diversas medidas sugeridas por el Plan Nacional de
Eficiencia Energética que está elaborando el Ministerio, se podría reducir el
consumo energético en 13.2% hasta el año 2030 con relación al año base 2013.
Estamos hablando de un ahorro de 3,276
GWh anual.
Imagínense ustedes si planes como éste se aplicaran
en todo el país, en las industrias, en el comercio, en los establecimientos
turísticos y en los hogares, y lográramos un ahorro de 10% en el consumo,
estaríamos hablando de una economía equivalente a la producción de una planta
generadora de energía de 250 megavatios.
Pero,
señores, mi objetivo no es seguir engrosando los enormes volúmenes que se han
escrito y leído sobre el uso eficiente de la energía. Mi meta es pasar a la
acción e implementar las medidas necesarias para impulsar el consumo energético
eficiente desde el Ministerio como política pública que
requiere el acompañamiento de todos ustedes.
El uso
eficiente de energía debe convocarnos a todos y todas como uno de los
principales desafíos para el desarrollo del país y para conseguir un sistema
eléctrico sostenible. Acompáñennos en ésta, que debe ser una lucha constante
por la eficiencia energética.
Convirtamos
este reto en una cruzada. Esperamos que de aquí pueda salir un plan de acción y
compromisos concretos, con acciones concretas, para impulsar un proyecto en
firme. Hagámoslo
por el país, por el medioambiente, y en beneficio de nosotros y de las generaciones que nos sucederán.
Muchas
gracias.
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