Ligia Bonetti:
“No hay forma de ser plenamente competitivos con los niveles
educativos actuales de nuestro más valioso capital, el humano…”.
Palabras de Ligia Bonetti, presidenta de la AIRD,
en el desayuno sobre Innovación e Industria, con la participación de la
Ministra de Educación Superior, Ligia Amada Melo.
18 de Septiembre, 2013
Vivimos
en un país que exhibe una tasa de crecimiento promedio de un 5.1% desde el 1990
al 2011, muy por encima de la media latinoamericana de 3.2%.Sin embargo, se ha
tratado de un crecimiento frágil, volátil, vulnerable, sustentado cada vez más
en el consumo, el financiamiento y en las remesas provenientes del exterior.Un
crecimiento sustentado en la producción de bienes no transables.
Un
crecimiento que, paradójicamente, se ha dado junto a un proceso que podemos
caracterizar como de “desindustrialización”. Digo esto porque según las cifras
oficiales, durante ese mismo período el sector industrial en general pasó de
representar el 34.3% del PIB en el 2000 al 25.6% en el 2012, y la manufactura
local de modo particular pasó de un 22.0% a un 18.5%, lo que se ha traducido en
una reducción similar de las fuentes de empleos formales en nuestro sector.
Es por esta razón que la AIRD ha venido
propugnando por un cambio de modelo económico que retome el crecimiento sostenido
del sector manufacturero y de los demás sectores transables de la economía a
través del fomento de las exportaciones.
Sin
embargo, cuando pensamos en nuestra oferta exportadora, cuando analizamos la
complejidad de los mercados hacia los que nos estamos dirigiendo, la exigencia
de los consumidores, la capacidad de nuestros competidores, la necesidad del
conocimiento como palanca para mejorar la calidad de vida de los dominicanos,
entonces nos damos cuenta de que nuestro aparato productivo nacional adolece de
un conjunto de limitaciones que reducen su capacidad competitiva y nos damos
cuenta, sobre todo, que nuestros productos y servicios deben contar cada día
más con un mayor valor agregado que es lo mismo que decir que debe
incrementarse la preparación de nuestros recursos humanos en una época dominada
por el conocimiento y la tecnología. La clave entonces es la apuesta por la
innovación, la investigación y desarrollo.
En
el Segundo Congreso de la Industria Dominicana señalamos que “no hay forma de ser plenamente competitivos con los niveles
educativos actuales de nuestro más valioso capital, el humano…”.
En
ese sentido, tenemos esperanzas pero también tenemos preguntas a las cuales
debemos buscar respuestas como colectivo, como sociedad.
En
la investigación “La Educación Superior en la República Dominicana”, una
evaluación de las políticas nacionales de educación, que presentamos el año
pasado con la presencia de nuestra Ministra de Educación Superior que hoy nos
acompaña, el equipo evaluador consideró que el principal obstáculo para el
acceso a la educación superior es la baja calidad y eficacia de la enseñanza
escolar previa (primaria y secundaria). Los estudiantes, dicen estos expertos,
pueden pasar de un grado a otro del bachillerato sin obtener competencias de
lectura, aritmética y razonamiento adecuadas para estudios adicionales. “Su
nivel de preparación para el mercado laboral es insuficiente”, señalan.
Es
cierto que, si queremos ser competitivos, el mercado laboral requiere niveles
más altos de destrezas de nuestra fuerza de trabajo y que las empresas
requieren políticas de fomento a la innovación. Por ello se habla que, desde la
óptica de educación superior, el triángulo de la competitividad tiene que ver
con acceso a la tecnología, un excelente sistema de educación y capacidad de
innovación.
Pero,
no es la cobertura de la educación superior tradicional lo que más nos preocupa
en lo inmediato. Sin dejar de prestar atención a esta, necesitamos incrementar,
fortalecer y sobre todo hacer incapié en la educación para el trabajo, que ha
sido sin duda alguna la cenicienta de las areas educativas en nuestro país.
Amigos, históricamente nuestro país ha tenido muy poca
integración Universidad-Empresa, lo que es una dicotomía, pues son estas las
generadoras del capital intelectual que necesitan nuestras industrias. En un
mundo altamente cambiante y competitivo para lograr las metas establecidas por
este sector se considera esencial en este momento fortalecer esta relación.
Hoy en día cuando las comunicaciones y las nuevas tecnologías
nos mantienen en un estado constante de cambio y novedosas creaciones, un país pequeño como República Dominicana no
puede darse el lujo, de que una buena idea no pueda convertirse en realidad. De
ahí la importancia de que el país garantice el acceso a fondos para esas buenas
ideas. Valoramos como positivas las iniciativas tomadas por el Ministerio de
Educación Superior en esa dirección, la cual debe ser fortalecida tanto con
fondos provenientes de recursos internacionales como con fondos públicos
dominicanos.
Con el pacto por la educación al que nos ha convocado el
presidente Medina, nos abocamos a iniciar giros significativos en la educación
primaria y secundaria dominicana. Ahí ha estado nuestro talón de Aquiles.
Superemos nuestras debilidades y marchemos juntos de modo que el bienestar no
sea privilegio, sino la conquista común de cualquier ciudadano dominicano,
porque necesitamos de todos.
La Estrategia Nacional
de Desarrollo que consensuamos y recién estrenamos, tiene como tercer eje el
desarrollo de una economía territorial, integrada, innovadora, diversificada,
plural, orientada a la calidad y ambientalmente sostenible. El logro de estos
objetivos requiere de la creación de riqueza, la generación de crecimiento
sostenido, la producción de empleos dignos y el aprovechamiento de las
oportunidades que brinda el mercado local para la inserción competitiva en la
economía global, como bien lo sintetiza la Estrategia.
Llamo a los empresarios
a vivir o seguir viviendo de un modo permanente en una cultura de innovación.
No tengamos miedo al cambio, a la innovación. La innovación no sólo es un
programa, un plan, una estrategia, es también una actitud permanente de todo
empresario que vea más allá del año presente, que vea el futuro suyo y de su
empresa.
Sabemos que el gobierno
ha hecho extraordinarios esfuerzos a través de su plan de becas
internacionales. Este esfuerzo no deja dividendos inmediatos, pero creemos que
debe ser continuado y profundizado.
Los empresarios no
deseamos una sociedad en donde la pobreza arrope a gran parte de la población.
Necesitamos rentabilidad social, la cual definimos como satisfacción, y esa
satisfacción tiene una de sus bases más fuertes en la capacidad de empleo, la
capacidad de producir de todos los dominicanos. Incorporar a los grupos más
vulnerables es un desafío para la rentabilidad social y la rentabilidad
económica, mejorar la calidad de nuestra educación es estratégico.
El financiamiento no es
sólo obligación del Estado, es también una obligación del sector empresarial. Hacemos un llamado al sector empresarial a
mejorar sus aportes a la innovación, tanto dentro de la empresa como en
relación a las universidades e institutos que dedican recursos y tiempo a la
investigación y desarrollo de productos y procesos.
Si
deseamos tener éxito en las metas de la Estrategia Nacional de Desarrollo de
lograr que nuestras exportaciones alcancen los 25,000 millones de dólares para
el 2020, entonces es necesario que la cultura innovadora permee a las micro, pequeñas
y medianas empresas, con el propósito de sumarlas de modo masivo a las
exportaciones.
Ya hemos demostrado que
somos capaces de sostener la economía sobre la base de la tradición. Ahora es
necesario abocarse a la innovación si queremos cambiar lo que ya tenemos.
Afirman que la palabra crisis significa oportunidad. Ojalá que así lo veamos y
que sea el desafío para la transición a una sociedad innovadora, llena de
deseos de cambio. Podemos decir que seremos una nación que avanzará venciendo
todas las barreras, cuando dejemos de lado el miedo al cambio y asumamos la
innovación como una pasión permanente.
Si el sector
manufacturero, y el económico en sentido general, atraviesa por algún tipo de
crisis, confiamos hoy más que nunca en que su significado no sea otro que
construcción, crecimiento e innovación.
Muchas gracias.
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