Palabras de Ligia Bonetti Du-Breil, Presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), durante el Foro de Seguimiento al 2do. Congreso de la Industria Dominicana
Martes 11 de febrero
2014, 8:30 a.m., Salón Multiusos AIRD
Henry Ford decía “llegar juntos es el principio; mantenerse
juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito.”
El
sector industrial dominicano ha sostenido un diálogo intenso con el Gobierno
desde que el presidente Danilo Medina, en octubre del 2012, instauró la mesa de seguimiento a las
conclusiones del Segundo Congreso de la Industria Dominicana.
Esa
decisión fue una muestra más del presidente Medina de su empeño en cumplir sus
compromisos de campaña, pues junto a los entonces candidatos en las elecciones
generales del 2012, firmó la “Declaración de Compromiso por el Desarrollo de la
Industria” en la que él favorecido con el voto popular, se comprometía a
cumplir 10 postulados que conducirían a la industria nacional y a las zonas
francas industriales a un crecimiento sostenido.
A
esa mesa, la Asociación de Industrias de la República Dominicana ha acudido
durante 16 meses con la certeza de que es posible dar un giro al modelo de
desarrollo económico vigente. Un giro que dé lugar a un crecimiento económico
sostenible, basado en la producción de bienes transables, a una mayor
generación de empleos formales, al crecimiento de las exportaciones y, por lo
tanto, a la reducción de las inequidades sociales.
Ha
sido un esfuerzo en que queremos hoy reconocer el liderazgo del ministro de la
Presidencia, Gustavo Montalvo, y del ministro de Industria y Comercio, José del
Castillo, así como de todos los ministros, funcionarios y legisladores que han
participado, en especial la Comisión de Industria, Comercio y Zonas Francas del
Senado; quienes se han empeñado en lograr que el diálogo tuviese resultados
tangibles que pudiesen ser no sólo anunciados en el día de hoy, sino también
implementados.
Distinguido
señor Presidente, señoras y señores,
Debemos
recordar que algunas de las metas que nos propusimos como industria nacional y
zonas francas en el Segundo Congreso de la Industria Dominicana para los
próximos cinco años fueron:
·
Incrementar
las exportaciones en 11 mil millones de dólares, desde el 2012 al 2017, esto es
más que duplicar las exportaciones de los niveles actuales;
·
Crear 300
mil nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero;
·
Incrementar
el número de industrias en operación en un 28% para alcanzar las 10 mil
industrias en el país;
·
Lograr una
tasa de crecimiento acumulada de 35% en
cinco años;
·
Aumentar de
209 a 500 las empresas que exportan más de un millón de dólares.
Todavía
no podemos tener la certeza de si fuimos demasiado ambiciosos o quizás muy
conservadores al establecernos estas metas. De lo que sí estamos seguros es de que
para que esas metas sean logrables, debemos contar con el entorno económico e
institucional nacional propicio para impulsar el crecimiento productivo.
Nos
hemos acostumbrado a ponerle etiquetas al desarrollo, lo que nos hace confundir objetivos con instrumentos; políticas
con estrategias; estrategias con tácticas y no nos hemos dado cuenta que más importante
que imponer una visión sobre la economía, es construir juntos el futuro, con la
convicción de que para lograr la sociedad que anhelamos, se requiere de voluntad
política, coraje y de trabajo incesante e inteligente.
Construir
juntos el futuro no se trata de un simple decir. Se trata de mirarnos con
sinceridad para reconocer nuestras coincidencias y trabajar en disminuir
nuestras discrepancias.
Tampoco
se trata de imponer visiones. Muchos no entienden que el verdadero problema no
es la distribución de las riquezas, sino que el problema es la pobreza. No
entienden que el problema no es distribuir lo que todavía no se ha creado, sino
crear para distribuir mejor.
Qué
entendemos entonces como desarrollo? El desarrollo es la capacidad que tienen
los países para crear riquezas. Y el resultado de crear riquezas es la
disminución de la pobreza.
De
acuerdo a la CEPAL, signos del verdadero desarrollo son: Contar con
instituciones fuertes y servicios básicos confiables y seguros, a partir de una
infraestructura en salud, educación, energía, deportes, cultura, transporte,
comunicaciones, seguridad social y seguridad ciudadana.
República
Dominicana es un país lleno de oportunidades que cuenta con una economía
diversificada, con una ubicación geográfica privilegiada, con una estabilidad
económica, política y laboral que muchos envidiarían y con recursos naturales valiosos
que nos permiten una producción importante agrícola, proveer minerales y
ofrecer zonas paradisíacas para el turismo y sobre todo un sector industrial
consciente de estas realidades que afinca sus raíces y apuesta al país.
Tenemos que saber
aprovechar nuestras oportunidades para crear riquezas, pero en un proceso
virtuoso, en el que la productividad y empleo crezcan al mismo tiempo que la
economía y no de manera desproporcional como lamentablemente ha sucedido en los
últimos años.
Nos
hemos pasado décadas discutiendo las fórmulas para desarrollarnos; y hemos
perdido de vista que los recursos están ahí, en nuestras narices. Nos hemos distraído
en pensar cómo hacer que el rico sea menos rico, y lo que hemos logrado es que
los pobres sean más pobres; En esa distracción, lo que hemos hecho es dejar que
vengan los de afuera y se lleven lo que nosotros no sabemos aprovechar.
La
globalización nos impone un cambio de paradigmas. En algunos casos hemos
iniciado esos cambios, pues nadie puede dudar que las prioridades del comercio
internacional de hoy son diferentes a las que se vivían hace apenas 5 años. Es importante recordar, que el primero de
enero del 2015 todos los bienes industriales originarios de los Estados Unidos
entraran libre de impuestos arancelarios a la República Dominicana.
Ahora
más que nunca, se aprecia un rol activo de los gobiernos del mundo en el
fomento de sus sectores productivos. La competencia entre los países se hace
cada vez más feroz por la atracción de inversiones e incrementar las
exportaciones. Por ello, se necesita un Estado que promueva la colaboración
entre los sectores público y privado, para generar riqueza.
Esa
cooperación nace en un marco de absoluta confianza. Confianza de que cada cual
hace lo que le corresponde hacer bajo un sistema de libertades, en el campo que
le corresponda actuar. Esto es un cambio de paradigmas, porque el desarrollo ya
no será solamente responsabilidad de los gobiernos, sino que será
consecuencia de la confianza que logren los sectores público y privado en un régimen
democrático.
La
riqueza nunca es mala pues promueve el desarrollo. Lo malo está en utilizar la
riqueza para abusar del poder. Para evitar esto está la Constitución y las
leyes. Lo que se debe combatir es la pobreza. Y eso no se combate con decretos.
Eso se combate creando un entorno democrático, con reglas de juego claras y
estables.
Hoy,
más que nunca, es necesario generar producción y empleo, que permita afirmar la
importancia de la economía de mercado, los procesos de integración económica y
comercial, la estabilidad macroeconómica, la responsabilidad fiscal y la mejora
del marco regulador para asegurar un crecimiento sostenido y sostenible que
propicie la generación de innovación, inversión, riqueza, empleo y cohesión
social.
Por esto es
importante insistir en la necesidad de estimular formas de crecimiento basadas
en la exportación de productos y servicios más diversificados y de mayor valor
agregado. En un proceso de industrialización, la base productiva de los bienes
transables se diversificará progresivamente, de modo que se propiciará mayor generación
de divisas y menos presión en el manejo de la balanza de pagos.
Quienes
hacemos industria nos sentimos motivados por la creación de oportunidades en un
marco de alianzas, trabajo en equipo, compromiso con las libertades y respeto
por las leyes.
En la AIRD estamos
comprometidos con la actividad industrial, la cual nos exige una visión
compartida de largo plazo para producir, innovar, transformar, evolucionar y
ser protagonistas del desarrollo armonioso y sostenible de una generación de
bienestar y oportunidades.
Creemos en que
la estrategia de la industria que hoy esperamos ver fortalecida, tiene un
nombre y una gran razón: Hecho en RD.
Nuestro
compromiso es nuestra fortaleza, la cual se demuestra en los siguientes datos:
A pesar de los desafíos y amenazas de los últimos años que han provocado su decrecimiento, la industria sigue constituyendo el sector que más aporta al PIB, con un 29% de valor agregado.
A pesar de los desafíos y amenazas de los últimos años que han provocado su decrecimiento, la industria sigue constituyendo el sector que más aporta al PIB, con un 29% de valor agregado.
·
Aportamos
más de 400 mil empleos directos de los cuales el 76% son formales, y alrededor
de un millón de indirectos
·
Nuestro
sector actualmente reporta a la Dirección General de Impuestos Internos 35% de
todos los impuestos.
·
En
el año 2013 las ventas del sector industrias totalizaron 703 mil millones de
pesos, según datos de la DGII. Esto es el 27% del total de las ventas
reportadas.
·
A pesar de la importancia que se le otorga a los
servicios, en el 2013 las exportaciones totales representaron el 50% de todos
los ingresos corrientes de divisas generados por el país, incluyendo remesas y
turismo. Uno de cada 2 dólares que generó la economía resultó de las exportaciones
nacionales y de zonas francas.
·
Exportamos a 142 países en el mundo, entre los
cuales a 77 exportamos más de 1 millón de dólares anuales.
Sin embargo, nuestras preocupaciones
son cada día más latentes, pues el sector industrial dominicano se ha venido adaptando
a operar dentro de un esquema en el cual prevalecen los sobrevivientes. Así,
el emprendimiento se paraliza y se acomoda a lo que va recibiendo.
Ahí es donde vienen a jugar un rol
importante la aclamada “competitividad” y las políticas industriales activas,
que nos permitirán pasar de industrias sobrevivientes a industrias
emprendedoras.
Y es que muchos piensan que la palabra
industria le pertenece a grandes empresas y no se dan cuenta que esa palabra le
pertenece también a los pequeños talleres que producen muebles y alfombras que
vemos en la autopista Duarte, a las dulcerías de Baní, a las queserías de La
Cumbre y San Juan, o a los talleres de confecciones que hoy se ven cada día más
amenazados por las importaciones y las pacas.
Por eso es importante que las políticas
de apoyo a las PYME se tomen desde una
perspectiva de desarrollo sectorial para que sean verdaderamente efectivas,
pues más que su tamaño, es la actividad productiva a la que pertenecen lo que nos
permite visualizar sus verdaderas necesidades y potencialidades.
En ese contexto, son muchos los factores
que deben ser atendidos.
Desde el sector privado tenemos el
deber de:
·
Actuar con transparencia, rendición de
cuentas y eficiencia.
·
Incrementar las actividades de Investigación
y Desarrollo e innovación.
·
Comprometernos con la estabilidad
laboral, formación y condiciones de vida de los trabajadores.
·
Desarrollar una mejor relación Empresa
- Estado - Sociedad.
·
Promover la competencia empresarial y
el respecto a las normas de regulación de mercado, de los consumidores y las mejores prácticas de calidad y en materia
ambiental.
·
Fortalecer el vínculo Universidad -
Industria.
·
Asegurar mayores y mejores inversiones
productivas
·
Y tener la disposición a confiar
Por su parte,
el Estado y especialmente el gobierno debe jugar su rol de:
·
Mantener un entorno de estabilidad
macroeconómica.
·
Garantizar que el suministro de energía
y servicios básicos sean eficientes y a
precios competitivos.
·
Propiciar reglas de juego claras y
estables.
·
Asegurar una política fiscal
sostenible, equitativa, predecible, transparente y que asegure mecanismos de rendición
de cuentas, de control y eficiencia del gasto público, así como el
establecimiento de estímulos a la producción y racionalización de la carga
fiscal.
·
Establecer una política comercial que
sea consistente con el proceso de industrialización, asumiendo que defender no
es lo mismo que proteger.
·
Facilitar la disponibilidad de
instrumentos de financiamiento a largo plazo con garantías estatales para
promover la producción y las exportaciones.
·
Desarrollar los encadenamientos
productivos para generar mayor valor agregado.
·
Garantizar una educación de calidad y
propiciar la adecuación académica de los centros de formación técnica y de las
universidades.
·
Desarrollar centros de innovación con
esquemas de financiamiento sostenibles.
·
Modernizar el marco institucional y
legal que rige las relaciones laborales de modo que favorezca la creación de
empleos formales.
·
Incentivar obras de infraestructura
necesarias para la industrialización.
·
Reducir los costos y trabas de permisología.
·
Asegurar una mayor coordinación y
planificación entre las entidades gubernamentales
·
Y por supuesto también estar
dispuestos a aportar confianza. Esto implica una disposición permanente a
confiar, a establecer canales de comunicación y fortalecerlos de modo que las
dificultades puedan ser rápidamente subsanadas.
En todo esto y mucho más, hemos estado
trabajando sin descanso durante estos 16 meses y estoy segura que seguiremos
trabajando para juntos lograr sustituir el entorno de supervivencia de las
industrias por el de competitividad.
Señor
presidente, amigas y amigos empresarios, estamos viviendo una etapa vertiginosa
que NO nos dará tregua. Por ello, debemos seguir trabajando para multiplicar las
inmensas riquezas que poseemos. Ese es nuestro compromiso. Compromiso con
nuestros trabajadores, con nuestros conciudadanos, con nuestros padres, con
nuestros hermanos, con nuestros hijos.
Es posible un
futuro de mayor bienestar y oportunidades, a través de la construcción de un país
industrializado, pujante y lleno de oportunidades y realizaciones, en el cual
se minimice la pobreza, se genere una mayor igualdad de oportunidades, impere la
ley y aumente la productividad nacional.
Recordando las palabras de Henry
Ford que cité previamente, puedo decir que 16 meses atrás iniciamos juntos este
camino, nos hemos mantenido unidos y estamos aquí apostando a que si trabajamos
en equipo cosecharemos el éxito esperado.
Este
es nuestro desafío, hoy damos un paso importante.
Muchas
gracias.
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