Análisis sostiene que existen
deficiencias en la distribución de agua a nivel nacional
El
documento elaborado por Fanny Vargas, revela que en República Dominicana hay
agua en abundancia, pero su distribución hace que sea escasa.
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Un análisis
publicado por la Unidad de Políticas Públicas del Observatorio Político
Dominicano (OPD), de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE),
sostiene que elagua disponible es abundante, pero la manera en que se
distribuye espacial y estacionalmente, en adición al alto consumo en riego,
agua potable y la precariedad del saneamiento se traduce en escasez.
En este sentido,
destaca que se requiere de un marco regulador actualizado y coherente, que
unifique y coordine acciones de las instituciones del sector de acueductos,
integre a las comunidades y garantice el acceso equitativo, sostenible y
eficiente al agua.
“¿Qué pasa con
el agua?” es de la autoría de Fanny Vargas, coordinadora de la unidad de
Políticas Públicas. El documento ofrece un diagnóstico del acceso y uso del
agua en todo el país, así como del estatus de cobertura y calidad del servicio
para los diferentes usos y fines.
Además expone
que la demanda de agua se caracteriza por varias distorsiones que afectan el
funcionamiento apropiado del servicio. Por ejemplo, a pesar que el riego es el
renglón de consumo más importante, la eficiencia de los sistemas de riego es
muy baja y la sostenibilidad financiera del sector no se ha alcanzado, aunque
la cobranza del servicio ha aumentado a partir del establecimiento del modelo
de juntas de regantes.
En cuanto al
saneamiento del Gran Santo Domingo, el 81 % de la población no dispone de redes
de alcantarillado. “Las redes existen y se encuentran en estado deplorable
producto de los años de servicio”.
El informe
apunta que de las 29 plantas de tratamiento a cargo de la CAASD, solo nueve se
encuentran en servicio. Esto obliga a que el 96.2 % de las aguas residuales
sean descargadas sin tratamiento al subsuelo y al mar.
La investigación
señala que a pesar de que hay ocho instituciones que están destinadas a la
distribución del agua a escala nacional, existen problemas de gestión
institucional que requieren de grandes esfuerzos de planificación integral.
“No existe un
ente regulador que articule coherentemente las políticas sectoriales de
infraestructura, tarifas y cobranzas, relaciones con usuarios y operadores”,
informa.
Además apunta
que los problemas de precio, cobro, distribución y calidad del servicio son
comunes para todos los proveedores de agua. Se debe cambiar el modelo
institucional de la prestación del servicio por uno que involucre a actores
comunitarios y privados, crear un ente regulador y uno de planificación.
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