Subrayando:
Esta entrevista a José Luis (Pepín) Corripio Estrada fue difundida en la
revista de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (HechoenRD).
Soy de los que plantea que estos capitanes de las empresas dominicanas tienen
lecciones de las cuales podemos aprender como personas, como emprendedores y
como país.
Por ejemplo, don Pepín plantea que el grupo corporativo que representa “no
siguió el librito” en el tema industrial. Fue de la distribución a la
fabricación. O plantea que quien avasalla la competencia comete un error, o lo
fundamental de los canales de distribución si se desea consolidarse como
exportador… muchas lecciones, una lectura para un martes 16.
Entrevista a José Luis (Pepín) Corripio Estrada:
De la distribución a la industrialización
José Luis (Pepín) Corripio Estrada es forjador y
Presidente de uno de los grupos económicos más sólidos de República Dominicana,
el Grupo Corripio. Con una visión propia, Corripio Estrada tiene criterios
claros sobre el camino del éxito, tanto en lo empresarial y laboral, como en lo
humano y social. El Grupo Corripio integra empresas en casi todos los segmentos
económicos: industriales, comerciales, financieros, culturales. En la industria
es un ejemplo a seguir tanto para las presentes como para las futuras
generaciones. En ese sentido, HechoenRD le entrevista para conocer su visión y
pautas tomando como referencia la industria de la construcción.
Hechoenrd: Cómo ve la relación
entre la producción de insumos para la construcción y la industria como tal.
¿Tenemos la capacidad para suplir la demanda o es una obligación recurrir a las
importaciones?
PC: Creo que ha habido un auge en
la producción y en el consumo. En algunos renglones hay exceso de capacidad de
producción, lo cual debiera ser canalizado hacia la exportación, siempre y
cuando se pueda producir a precios competitivos. En otros hay déficits,
todavía.
Depende mucho de la situación económica general del país.
La demanda crece según el circulante de dinero y la disponibilidad de sectores
que tengan demanda para la construcción, que pueden ser sectores de bajos
recursos, de clase media y construcciones más costosas como torres de apartamentos
y residencias importantes, y finalmente la construcción para fines industriales
y comerciales.
Diría que, durante muchos años todavía, por más que se
incremente la construcción de viviendas para personas de escasos recursos,
tardará muchísimo tiempo en suplir el déficit. Con el aumento de la
población, obviamente, sucede lo mismo.
Algo que me ha sorprendido, finalmente, es la continua
construcción de torres de alto costo y gran lujo, lo cual atribuyo al auge
económico, poco homogéneo, de la riqueza nacional, donde se ha concentrado en
una demanda, en unos sectores más reducidos, pero de alto poder adquisitivo.
La construcción para fines industriales va en paralelo
con el crecimiento y el desarrollo económico del país, que ha continuado.
Hechoenrd: ¿Podemos
incrementar las exportaciones?
PC: Es una necesidad que se
fomenten las exportaciones, como demostración del desarrollo de un país.
Hemos vivido de espaldas a buscar beneficios a través de
las exportaciones.
Buscando el origen de esto, he pensado que quizás el precio
del mercado local sea porcentualmente mucho más rentable que el de exportación,
lo cual significa que si un producto se vende aquí con un 15 o 20% de beneficio
bruto, posiblemente –y es mi experiencia en muchos renglones-, en el mercado
internacional tienen un margen que oscila entre un cinco, seis o siete por
ciento, lo cual no resulta atractivo para el industrial exportar, pero vale la
pena hacer un esfuerzo como país.
Hay algunos artículos que hay una protección natural.
Incluso soy beneficiario en algunos casos de esa protección natural...
Hechoenrd: Cemento, por
ejemplo.
PC: No es que cemento tenga una
protección natural, sino una protección de hecho porque los precios son de los
más bajos del Caribe y Centroamérica. Por ejemplo, en Colombia se vende la
tonelada de cemento entre 110 y 120 dólares la tonelada, y aquí está en 80, en
el mercado local. La importación resulta antieconómica.
Hay productos como la tubería (para acueductos, todo lo
de PVC) que tienen una relativa ventaja no arancelaria, pero sí de hecho por el
costo del flete por el alto volumen de aire que se transporta en ese producto.
Parecido a las latas, botellones de agua, tanques... que hacen semiprohibitivo
importar para competir con una fábrica local.
Hechoenrd: ¿Nuestra producción
tiene calidad? ¿Tenemos un marco regulatorio que haga que la competencia sea
equitativa en el mercado local?
PC: En cuanto a la calidad se
refiere no se puede decir categóricamente que sí ni categóricamente que no. Hay
productos en que hay calidad aceptable no sólo para el consumo local, sino
también para la exportación.
Hechoenrd: ¿Es la calidad la
requerida para exportar?
PC: La calidad de exportación es
muy importante pero también hay que hacer algún hincapié en que para conseguir
un mercado de exportación no vale sólo la calidad, el producto y el precio.
Mi experiencia en el mercado internacional, nosotros que
exportamos relativamente altos volúmenes al mercado americano, Puerto Rico y
otros mercados, sabemos que la exigencia de la calidad es muy rigurosa fuera de
aquí. El mercado local es más tolerante.
Yo sugiero, como hizo Japón luego de la Guerra Mundial,
los productos japoneses estaban desacreditados por ser de baja calidad, se creó
un estándar fiscalizado por el Ministerio de Industria japonés que se llamaba
el Japan Industrial Standard, JIS, donde ningún producto japonés aceptaban que
fuera al exterior sin pasar por una prueba de calidad local. No porque fuera
una traba sino para proteger el nombre del producto japonés. Yo creo que la República
Dominicana debiera establecer controles de calidad para los productos que van a
ser exportados, con tanto o más rigor que el que se necesita para el consumo
local.
Cualquier producto dominicano que salga al mercado internacional
de baja calidad, no sólo se reflejará en ese producto sino en los productos
dominicanos. O sea, que hace un daño colectivo.
Hechoenrd: ¿Y cómo puede lograr
un productor dominicano canales de distribución e cientes?
PC: La calidad es sumamente
importante, pero no importa la calidad, no importa el precio, no importa lo
competitivo que se sea si el exportador dominicano no tiene los canales de
distribución de sus productos en el extranjero no ha hecho nada.
Tiene que tener contacto con las grandes cadenas que
venden ese producto, sobre todo en el mercado americano, y en los mercados más
pequeños con los grandes consumidores, mayoristas del producto...Sin esto no es
fácil penetrar sustancialmente, aun teniendo buen precio y calidad aceptable. Y
es un factor que a veces se olvida cuando se quiere competir en el mercado de
exportación.
Corripio en la industria
Hechoenrd: A la familia
Corripio se le vincula mucho al comercio, a los negocios, personas exitosas y
trabajadoras... ¿cómo fue que pensó ingresar en el sector industrial?
PC: No fuimos industriales
que fabricamos y empezamos a buscar clientela para vender. Fuimos
distribuidores, importadores, comerciantes, que creamos un mercado para los
productos que importábamos, y cuando teníamos un volumen que justicaba la
fabricación local, pasamos a la fabricación.
Teníamos el volumen, la clientela, teníamos todo. Pensamos
que podíamos fabricar a precios competitivos, nos desconectamos de la importación
y pasamos a la fabricación, cosa que generalmente se hace al revés. Hicimos el
proceso inverso, en contra del librito, pero funciona. No hay un período de
languidecimiento buscando clientes, buscando competitividad...
Hechoenrd: ¿Cuál
fue el primer producto o área de fabricación para ustedes?
PC: El primer producto
fue metalúrgico: las planchas de acero para techar, en el 1968, el zinc liso y
corrugado. Industrias Corripio, todavía establecida en la esquina de la entrada
del Cristo Redentor, cercana a la autopista Duarte. Ahí empezamos.
Fui de los socios de Nedoca y cuando Nedoca cerró me
quedé con la marca y la fabricamos a través de terceros, los productos Nedoca.
Luego vino el alambre eléctrico, cables eléctricos, pinturas, latas, envases
plásticos, tuberías de PVC, metalurgia (clavos, alambres de púas, lisos,
galvanizados, etc).
En Cemento nos asociamos con Cemento Colón que ahora es
Argos y estamos estudiando también la posibilidad de ampliarnos con la fábrica
de cemento de Pedernales, que tiene la exportación. Y también estamos ahora
mismo en el proceso final de adquirir un molino de harina y cereales.
Tenemos también el molino de Avena Quaker, en Pedro
Brand. Tenemos la fábrica de Gatorade que vendemos en Puerto Rico y las islas
del Caribe. Ahora estamos ampliando para producir otros jugos: Tropicana, V8,
entre otros.
Y finalmente también vamos a entrar, estamos en proceso,
en una pasteurizadora de leche, en sociedad con la Cooperativa Dos Pinos de
Costa Rica.
Hechoenrd: ¿Está la
industria de la construcción innovando o estamos rezagados?
PC: Le dije a mi amigo
Tato Bisonó que él no tenía una compañía constructora, sino una fábrica de
casas, que son dos cosas distintas. Fabrica casas como si salieran de un
taller, en serie, integrado. Entonces él tiene una fábrica de casas, que es
diferente a un constructor que le contratan y hace uno, dos apartamentos, un
pequeño reparto.
Ser competitivo tiene que ser al estilo Tato Bisonó, que lo que tiene
no es una constructora, aunque él diga que lo es, es una fábrica de casas
económicas.
Él ha sembrado innovaciones, por eso puede fabricar en
serie casi ciudades y con márgenes de beneficios. Una fábrica es aquella que
tiene un sistema de producción corrido y constante. El constructor que tiene
que contratar obreros, albañiles, carpinteros, cuando tiene una obra, tiene que
estar en recontratamiento de gente. Por ejemplo, las industrias que menciono
son industrias cuyos empleados tienen trabajo todo el año, tienen trabajo permanente,
mientras el constructor promedio contrata gente cuando tiene trabajo. “Fábrica
de Construcción”, el que fabrica no puede cerrar la fábrica. Es una diferencia
que considero muy importante.
Perspectivas
Hechoenrd. Para finalizar.
Hemos tenido crecimiento económico, altas y bajas en el segmento de la
construcción. Usted que lo vive desde dentro, ¿qué perspectiva visualiza?
PC: Eso tiene dos
respuestas.
Número uno, digo que el primer libro de economía que
se escribió en el mundo no es el libro de Adam Smith (Las riquezas de las
naciones), sino el Antiguo Testamento en el que se habla de siete años de
vacas gordas y siete años de vacas flacas. Es el sueño del faraón y José. Lo
que quiero decir es que es muy difícil en algún ámbito un corrido prolongado
de bienestar creciente. En el bienestar se crean las semillas del
desajuste. La austeridad y la disciplina son difíciles de imponer en la
abundancia. Entonces se producen los ciclos, no por ser imposible, sino
porque el mismo bienestar genera una cantidad de desajustes y de necesidades
innecesarias en la población, que hacen insostenible el progreso continuo.
El futuro depende, muchas veces, de uno mismo: de los
industriales, del Gobierno, de una sincronización de objetivos, de pensar qué
le conviene al país antes o simultáneamente con lo que le conviene a uno, y
pensar que a uno lo que le conviene es lo que le conviene al país.
Hechoenrd: Las
perspectivas dependen entonces de confianza, persistencia.
PC: Y también no
repetir los errores. No necesariamente se aprende con los errores que uno
comete, uno puede aprender de los errores que han cometido otros países,
otras gentes, sin meter la pata uno mismo. Es una forma más cómoda de
aprender.
He aprendido mucho. Hay muchas variables. Se cometen
errores por acción y por omisión. Algunos por no aprovechar el momento cometen
un error y cuando despertó ya no estaba ahí la oportunidad. Otros por pensar
que pueden imponerse en el mercado y destruir al competidor más débil, lo cual
es un error. Aplastando al más débil ese espacio lo ocupará uno más fuerte.
Es mejor mantenerse en armonía, no hay necesidad de atropellar, se revierte
en contra del que atropella porque ese espacio no queda nunca libre.Como
se ha señalado, esta es una tarea
propia de la adolescencia y la transición a la adultez. En esta película PH
parte de este tema como aparentemente ya resuelto, pero la elección de la
enseñanza como modo de sobrevivir lleva a redefinir lo que pensó que sería: un
gran compositor de música.
Contribuido de la revista de la AIRD, versión digital: https://issuu.com/hechoenrd/docs/10ma_edici__n_hechoenrd?platform=hootsuite
No hay comentarios:
Publicar un comentario