Ahora
que, en función de la Maestría-Doctorado en Desarrollo Humano que me esfuerzo
llevar adelante con la Universidad de Valencia, leo y releo historias y
acontecimientos sociales a la luz de las tendencias psicológicas individuales
pero que tienen expresión colectiva –lo psicosocial, dirán algunos- me parece
una excelente reflexión esta de Deepak Chopra sobre lo que puede explicar el
alza de Donald Trump, es lo que Jung llamó “la sombra”, parte de la psiquis
profunda del ser humano. Disfruten esta lectura de lunes que me hace llegar mi
amigo Ramón Valdez.
La sombra de América: El verdadero secreto de
Donald J. Trump
Deepak Chopra
Hay
una poderosa manera de explicar el alza de Donald Trump que la mayoría de los
comentaristas se han perdido por completo o la han infravalorado. La línea
estándar describe a Trump como una extraña anomalía. Comenzando como un
candidato de celebridad improbable, él ha
desafiado todas las reglas convencionales de la política, lo que debería haber
sido mortal.
Pero
en cambio Donald Trump ha barrido todo lo que tenía por delante en el lado
republicano. Poseyendo un “genio” para aprovechar la oportunidad, sigue
dominando la escena de manera que ningún político anterior lo ha logrado en los
tiempos modernos – por lo que la visión convencional continúa.
La
sombra combina todos los oscuros
impulsos – el odio, la agresión, el sadismo, el egoísmo, los celos, el
resentimiento, la transgresión sexual – que están ocultas a la vista. El
nombre se originó con Carl Jung, pero su origen básico provenía de una visión
de Freud de que nuestras psiquis son duales, fuertemente divididas entre el
consciente y el inconsciente. El surgimiento de la civilización es un tributo a
lo bien que obedecemos a nuestra mente consciente y reprimimos nuestro lado
inconsciente. Pero lo que se esconde en las sombras saldrá a la luz.
Cuando
lo hace, las sociedades que se ven bien
ordenadas y racionales, justas y equitativas, cultas y refinadas, de repente
estallan en horribles despliegues de todo lo que no son: violencia, prejuicios,
caos e irracionalidad ingobernable. De hecho, la trágica ironía es que las
peores erupciones de la sombra se producen en las sociedades que en la
superficie tienen menos de qué preocuparse. Esto explica por qué toda Europa,
en el apogeo de su comportamiento asentado, civilizado, se arrojó a sí misma al
infierno de la Primera Guerra Mundial.
Si
Donald Trump es la última expresión de la sombra no es una anomalía extraña, lo
cual sería cierto si los valores racionales normales fueran el único estándar
de medición. Den vuelta la moneda,
haciendo que el inconsciente sea su nivel de medición, y él es absolutamente
típico. Cuando la sombra estalla, lo que está mal es correcto. Ser
transgresor se siente como un alivio, porque de repente la psiquis colectiva
puede brincar en campos prohibidos.
Cuando
Donald Trump se entrega a la mala conducta desenfrenada y al mismo tiempo dice
a sus audiencias tumultuosas “Esto es divertido, ¿verdad?”, él está expresando
en público nuestro impulso vergonzoso de dejar de obedecer las reglas.
Pero
la diversión de la Primera Guerra Mundial, que casi alegremente envió jóvenes a
luchar, rápidamente se convirtió en horror, y la sombra cerró una trampa
insidiosa. Una vez liberada, es muy difícil obligar a la sombra a regresar a su
búnker subterráneo. El partido republicano ha mantenido a la sombra a fuego
lento durante décadas, desde que Nixon descubrió cómo tomar ventaja del racismo
sureño, de las agresiones de la ley y el orden en contra de las minorías, y las
actitudes de “ellos contra nosotros” hacia el movimiento en contra de la guerra
de Vietnam.
Con
el fin de no sentir vergüenza de sí mismos, las buenas gentes de la derecha
encontraron después de Nixon figuras decorativas que exudaban respetabilidad.
La ironía es que, tal como en las sociedades civilizadas que parecen las menos
propensas a permitir que la sombra corra libremente, cuanto más benignos
actuaron un Reagan o un Bush, más fuerte se volvió la sombra detrás de la
fachada.
Donald Trump ha arrancado la fachada, intoxicado por
la “diversión” de dejar a sus demonios correr y descubriendo para su sorpresa
(tanto como lo hizo Nixon) que millones de personas rugieron con aprobación. Sin embargo, en comparación, Nixon retuvo un relativo
control sobre las fuerzas que desató, mientras que Trump puede que esté
montando un tigre – esa parte de la historia aún tiene que mostrar sus efectos.
Si
la sombra se niega a volver bajo tierra, que siempre es el caso, ¿qué
resultados podemos anticipar para los próximos seis meses? La situación actual nos encuentra atrapados entre la negación y el
desastre. La negación es cuando ignoras la sombra; el desastre es cuando te
rindes totalmente a ella. Sin estar en cualquiera de los extremos, en este
momento muchos estadounidenses sienten
el síntoma inquietante de estar fuera de control. Trump glorifica el estar
fuera de control, y mientras este estallido siga su curso – el cual nadie puede
predecir – él permanecerá inmune a todas las restricciones normales.
¿Qué hacer mientras tanto? Algunas cosas vienen a la mente.
1.
Ver el Trumpismo como lo que es, un enfrentamiento con la sombra.
2.
En vez de demonizarlo, reconocer que la sombra se encuentra en todo el mundo y
así lo ha sido siempre.
3.
Al mismo tiempo, reconocer que al final la sombra nunca gana.
4.
Encontrar cada oportunidad de reforzar el valor de volver a lo correcto y
razonable en tu propia vida.
5.
No combatir la sombra con la sombra, lo que significa no agacharse a jugar con
las reglas nihilistas de Donald Trump – él siempre estará dispuesto a ir más
bajo de lo que estás dispuesto a ir.
Estados Unidos ha sido afortunado con nuestra
capacidad para dejar salir el vapor y reconocer que tenemos demonios. Durante la Gran Depresión, los ladrones de banco se
convirtieron en héroes populares, pero nadie sugirió elegir de presidentes a
Bonnie y Clyde. Las limitaciones racionales que permiten la evolución humana
han tenido éxito durante miles de años, ya que la parte superior del cerebro se
convirtió en dominante sobre la parte inferior del cerebro.
Ese
dominio todavía es válido, sin importar lo cerca que coqueteemos con las áreas primitivas de la mente.
Donald Trump representa algo auténtico en la naturaleza humana, y en tiempos
difíciles él es el chico malo que se convierte en un héroe popular. Nadie puede
predecir si su postura Incorrecto = Correcto lo llevará a la Casa Blanca. La
contienda con nuestra propia sombra no ha terminado todavía.
Contribuido
de: http://www.huffingtonpost.com/deepak-chopra/americas-shadow-the-real-_b_10319848.html
Traducción
hecha llegar por mi amigo Ramón Valdez
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