Los 10
problemas socio-ambientales de Latinoamérica
Editado (síntesis) del artículo de Carlos Fermín, se trata de diez
problemas que tienen su expresión propia en República Dominicana:
Estos son los 10 problemas socio-ambientales que aquejan el cuerpo y el
alma de los senderos latinoamericanos.
En el décimo lugar encontramos la
estruendosa Contaminación Acústica, que revienta los
tímpanos. Muchos individuos se acostumbran a escuchar el fastidio del claxon y
de las alarmas de los carros y camiones, el salvaje cilindraje de las furiosas
motocicletas, la música con altísimo volumen que invade de megáfonos las
calles, y la descontrolada bullanga de la colectividad en los espacios
públicos. No obstante, la locura auditiva en la selva de cemento provoca un
continuo malestar emocional en las personas, que predispone el mal genio, la
ofensa al prójimo y la peligrosa violencia vial en los desesperados
conductores. Si bien el ruido es el mejor amigo del tráfico citadino, de los semáforos
y del embotellamiento vehicular en Sao Paulo, Caracas, Buenos
Aires, Bogotá,
Quito, Lima, Santiago y Ciudad de México, al final de tanta demencia
cronometrada al volante, el único perjudicado termina siendo el ciego, sordo y
mudo Medio Ambiente.
En noveno lugar hallamos el Tráfico
ilegal de Fauna exótica. Es lamentable
apreciar como especies autóctonas que enriquecen la historia, la evolución y el
patrimonio natural de nuestros países, se encuentran al borde de la extinción
por la no misericordia del Homo Sapiens. Los cazadores tienen en jaque al
Jaguar, a la Guacamaya Roja, al oso Frontino, al Cardenalito, al Ocelote, al
Tucán, al Armadillo Gigante, a la Tortuga olivácea, a la Nutria Gigante, al
Cauquén colorado, al Paují de Yelmo, y a miles de otros angelitos que se
toparon con el demonio. De hecho, ya extinguimos a la Tortuga gigante de
Floreana, al Oso Mexicano, al sapo de Monteverde, al pato poc de Guatemala, a
la foca monje del Caribe, al Guacamayo Glauco y al hermoso Ara Tricolor.
En octavo lugar se ubica la elevada
Polución del Aire que ocasiona una gigantesca nube negra a cielo abierto, intoxicando las
vías respiratorias de la ciudadanía y asfixiando los pulmones vegetales del
Ambiente, mediante la improvisada industrialización de zonas urbanas y rurales
que se transforman en chimeneas llenas de reacciones químicas, producto de las
actividades conllevadas por el sector económico latinoamericano.
En séptimo lugar tenemos los
campamentos de Minería ilegal, que extraen los
legendarios recursos del suelo bajo la brillante luz del sol.
En quinto lugar emerge la letal Fractura Hidráulica, que no se cansa de perforar el corazón de una
gran piedra preciosa llamada planeta Tierra, la cual es taladrada con un mortífero
coctel líquido para que el dinero salga de los pozos en forma de gas.
En cuarto lugar resalta el Abuso
del Consumo Eléctrico, debido a que no practicamos
la Eficiencia Energética por voluntad propia, generando una altísima demanda de
energía eléctrica que satura de contaminación lumínica el firmamento
latinoamericano. Quedamos ciegos en la penumbra de los apagones por la
sobrecarga del mencionado servicio.
En tercer lugar, sobresale la inmensa
Contaminación del Agua que inunda los
cuerpos de agua dulce y salada de nuestros milenarios lagos, ríos y mares.
En segundo lugar, nos topamos con la
agresiva Deforestación que anualmente
le arrebata millones de hectáreas y lágrimas por la tala indiscriminada de árboles
con la infalible voz de la motosierra, por la continua expansión de la frontera
agrícola para comer carne con droga envuelta en palma aceitosa, y por la atroz
urbanización del siglo XXI que transforma una reserva de biosfera en un
metalizado centro comercial.
Nos falta una cultura de reciclaje real. |
Y en primer lugar, se posiciona la
falta de Cultura de Reciclaje en el discernir
de los ciudadanos latinoamericanos. Es insólito que la gente todavía lance
en las principales calles, parques y plazas de nuestras ciudades: las latas de
Coca Cola, los empaques de las golosinas, los pañales desechables, los discos
compactos rayados, las cajas de equipos electrónicos y el resto de los residuos
orgánicos e inorgánicos consumidos. Si ni siquiera vierten la basura en el
genérico contenedor multiusos que ya todos conocemos, es imposible que se
atrevan a separar el plástico, el vidrio, el cartón, el metal y el papel, para
luego depositar esos materiales en los contenedores de colores que especifican
el sitio idóneo en donde arrojar la basura. Lo peor, es que los ministerios
ambientales de América Latina NO fomentan en absoluto la práctica de las 3Rs
(reducir, reutilizar y reciclar), porque los hombres y las mujeres que allí
trabajan, tampoco saben cómo practicarla.
Ekología
http://ekologia.com.ve/
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