Palabras de
Antonio Ramos, presidente de la Organización Nacional de Empresas Comerciales
(ONEC) en la apertura de la cuarta edición del seminario “Seguridad Avanzada
para el Futuro Empresarial”,
Muy buenos días,
Procurador General de la
Republica Jean Alain Rodriguez
Oradores Nacionales e
internacionales,
A todos los presentes
Nos sentimos honrados con
su presencia y agradecemos nos acompañen en este seminario.
En muchas actividades pareciera
que el sector empresarial está tan preocupado de sus dinámicas internas que
olvida que su desarrollo depende de dinámicas externas que a veces no sólo
condicionan, sino que también determinan sus éxitos futuros.
La seguridad es una de
esas áreas.
Antonio Ramos, presidente de la ONEC |
Hoy nos encontramos aquí
para reflexionar sobre la misma desde diferentes puntos de vista: las
implicaciones de una nueva Ley de la Policía Nacional, fundamentos de seguridad
personal, seguridad y prevención de riesgos laborales y ocupacionales, el ministerio
público y los negocios de venta al detalle, la seguridad corporativa, lecciones
sobre riesgos para el sector de ventas al detalle, la seguridad en los medios
de pago, y los equipos de prevención de pérdidas…
Ricos aportes de los que
estoy seguros todos ustedes terminarán complacidos.
Sin embargo, en estas
breves palabras de bienvenida quiero tocar un tema que nos afecta en nuestros
negocios, que afecta la calidad de vida de nuestra ciudadanía. Me refiero al
tema de la inseguridad ciudadana.
La Organización de los
Estados Americanos (OEA) define la seguridad ciudadana como la inexistencia de
violencia y delito, salvaguardada por el Estado. El Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) indica que se trata de aquella seguridad humana
que previene contra el delito súbito contra las personas y su patrimonio. Es
decir, que tanto la seguridad como la inseguridad no compete sólo a las
personas, sino también a las empresas, en cuanto son patrimonio legítimo de
quienes invertimos en actividades de servicios o productivas.
Desde la Organización
Nacional de Empresas Comerciales (ONEC) nos
preocupa el crecimiento de pandillas organizadas que operan como verdaderas
“empresas” y que, sin embargo, a la hora de las sanciones se tratan los casos
como si fuesen delitos individuales. La labor de inteligencia no
desarticula estos aparatos que simplemente sustituyen la baja de uno de sus
miembros por otro, el que cae preso se reincorporará en la mayoría de los casos
cuando sea liberado y, mientras tanto ciudadanos como empresas seguimos siendo blancos de estas
maquinarias que afectan nuestra propiedad, afectan la seguridad de
nuestros empleados y clientes, crean zozobra, disminuyen las actividades
comerciales, obligan a los ciudadanos a autoreprimirse y salir lo menos posible
de sus hogares, disfrutar de espacios públicos, y obligan a las empresas cada
día a crecientes gastos para garantizar
la seguridad en sus negocios.
Nos preocupa la carencia
de protocolos únicos en el tratamiento a estos casos.
El Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) estimó que la inseguridad y la violencia cuesta a la región
más de US$120 mil millones. Sin embargo, lo
más doloroso es preguntarse cuántas personas –a causa de esta situación-
perderán sus vidas antes de tiempo, cuántos negocios verán reducidas sus
posibilidades de ofrecer empleo porque no es seguro operar en determinadas
zonas u horas, cuántas familias han visto y cuántas verán en el futuro deshecho
su hogar porque perdieron a un padre, a un hijo, a una madre…Cuántos
dominicanos hemos sufrido la rabia y la impotencia de haber sido víctimas de un
robo, un atraco?
El pasado 16 de agosto el
Presidente Danilo Medina expresó un especial énfasis en este segundo mandato “en la protección y la seguridad de la
población” e indicó que ya cuenta con un marco legal más moderno y
eficiente, que incluye la ley para la reforma de la Policía Nacional y otras
iniciativas esenciales, como son la ley de tenencia de armas, la de extinción
de dominio y la ley que creó el 911. Indicó que este marco legal sería
complementado con mejor entrenamiento, equipamiento y dignificación salarial
para nuestros agentes y una fuerte apuesta por el uso de la tecnología.
Recientemente se han
presentado algunas manifestaciones de estamentos ligados a la Policía Nacional
que reclaman mejores condiciones salariales. Independientemente de las
discusiones sobre si un policía activo tiene derecho o no a manifestarse, es justo señalar que es urgente mejorar
las condiciones salariales de la Policía, pero no es suficiente. Para
dignificar la labor policial también deben ser mejoradas sus condiciones de
trabajo, sus centros de trabajo, sus horarios.
Mejorar los índices de
violencia, depende en gran medida depende del buen funcionamiento de las
instituciones de seguridad. Instituciones como la policía, la justicia y las
entidades penitenciarias.
El Presidente Medina prometió acelerar la
implementación del Plan de Seguridad, para llevar tranquilidad a las familias
dominicanas. Y cito: “Vamos a
conquistar, día a día, la seguridad en nuestras ciudades, en nuestros barrios y
en el interior de los hogares dominicanos”. Hoy, como negocios, como
dominicanos, como padres de familia, anhelamos ver realizada esta conquista, merecemos una sociedad fundamentada
sobre la paz.
Muchas gracias.
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