Esta es una entrevista hecha por 7Días.com a Ligia Bonetti en que se destacan sus planteamientos sobre la relación entre comercio y medio ambiente.
Comercio
internacional y medio ambiente
"Las normas de comercio
internacional no se contraponen al medio ambiente", dice Bonetti
Sin
solución inmediata a la vista, el diferendo comercial entre la República
Dominicana y Haití es una espina que molesta e inquieta profundamente al
empresariado dominicano. Y no es para menos: el vecino es el segundo socio
comercial del país, y el primero para la industria local. Ni pensar en perder
ese mercado.
El
tema es complejo, aunque aquí sea marcada la propensión a agarrarlo por las
hojas. Pero, además, es un tema político refractario a las interpretaciones
maniqueas.
Y
aunque ocupa los primeros planos informativos desde hace alrededor quince días,
y empresarios y organizaciones cupulares han sido generosos en las
declaraciones, 7dias.com.do quiso conocer la opinión de Ligia Bonetti,
presidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, sobre
algunas de sus aristas más filosas.
Las
relaciones comerciales entre la República Dominicana y Haití no parecen estar
en su mejor momento. ¿Qué cosas habría que hacer para enderezarlas?
El
señor embajador de Haití, Fritz Cineas, estableció un punto con el cual estamos
de acuerdo: hay que definir prioridades y el comercio es una de ellas. Sin
embargo, además de definir prioridades los mecanismos deben funcionar y deben
trabajar de modo efectivo sobre ellas. La Comisión Mixta tiene un papel
importante, nuestro servicio exterior es clave, la voluntad política de ambos
mandatarios también.
Se pueden argumentar temas de salud o medio
ambiente, pero deben respetarse procedimientos que garanticen un normal
desenvolvimiento del comercio.
¿Hasta
dónde tiene razón el empresariado haitiano cuando afirma que el intercambio
bilateral es “abusivo” y “depredador” en perjuicio de Haití?
Si
por “abusivo” se entiende el déficit comercial entre ambas naciones, creemos
que se trata de un argumento que esgrimimos todos los países cuando vemos ese
tipo de relación o intercambio. Sin embargo, la verdad es que los países
debemos buscar al interior cuáles son las condiciones que nos están impidiendo
competir. Es lo que estamos haciendo en la República Dominicana en relación con
los mercados de Centroamérica, Estados Unidos y Europa, con los que tenemos una
balanza en contra nuestra. El planteamiento de la AIRD es claro: no cambiamos a
esas naciones, no podemos, simplemente debemos cambiar las condiciones internas
en que se realizan nuestros procesos productivos.
Si
por “depredador” se refiere al tema reciente de los plásticos, expresamos que
obtemperando a la solicitud haitiana las empresas productoras de plásticos en
República Dominicana iniciaron la inclusión de un aditivo en sus productos para
Haití, el único de 72 destinos de nuestras exportaciones con los cuales hemos
tenido alguna dificultad en este último año en ese renglón.
¿Ha
cometido el país alguna pifia que pueda servir de base a la acusación de
incurrir en prácticas comerciales desleales?
No lo
creemos, pero si las autoridades haitianas así lo valoran están en su derecho
de recurrir a los organismos en donde se pueden dirimir estas diferencias o
situaciones, tales como la OMC o incluso dentro del marco del EPA.
¿Favorecía
la AIRD el cierre de los mercados fronterizos como parte de la regularización
del comercio bilateral?
No,
no favorecemos el cierre de los mercados fronterizos. Favorecemos incrementar
mecanismos que promuevan la formalidad en el mercado y que, por lo tanto, ambos
gobiernos puedan verse beneficiados en el plano fiscal, sin perjudicar a su
sector productivo y mucho menos a sus consumidores.
La
AIRD denunció la pasada semana la decisión del gobierno del presidente Michel
Martelly de prohibir la importación de plásticos como posterior a la veda de
productos avícolas. Sin embargo, esa decisión es de agosto de 2012 y debió
entrar en vigor en octubre de ese mismo año. ¿No lo sabían los industriales
dominicanos?
Se
acordó vía Cancillería utilizar en los productos plásticos el aditivo OXO en el
entendido de que era lo requerido por el gobierno haitiano. Las empresas
incorporaron ese aditivo, pero no tienen forma de comprobarlo porque no tienen
laboratorios.
Haití
alega la defensa de la salud de la población y la preservación del medio
ambiente. ¿Es un argumento plausible o hay normas internacionales de comercio
que deben prevalecer?
Cada
país traza las normas de salud y medio ambiente que considera atinadas,
respetando, claro, los convenios internacionales de que sea signatario. Las
normas de comercio internacional no se contraponen a la preservación del medio
ambiente, pero su armonización es parte del proceso de diálogo entre los
gobiernos. Sí consideramos que es de rigor que si un país se siente afectado
informe a la otra parte por canales correspondientes y pida correctivos, si así
fuese necesario.
Es
decir, se pueden argumentar temas de salud o medio ambiente, pero deben
respetarse procedimientos que garanticen un normal desenvolvimiento del
comercio y una solución apegada a las realidades técnicas y científicas.
¿Llegarán
estos conflictos al río de la OMC o hay otras instancias en las que puedan ser
dirimidos sin el riesgo de mayores tensiones?
Esperamos
que no lleguen a la OMC. Estamos en nuestro derecho y Haití también, pero
creemos que es necesario un acercamiento entre gobiernos. Es lo que hemos
pedido a nuestras autoridades: que velen por nuestros intereses como nación y
como sectores productivos. 7Días.com
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