En
2014 vence el sistema preferencial que permite a Nicaragua vender textiles
usando materia prima de países fuera del DR-Cafta
Wendy Álvarez Hidalgo
La Prensa - Nicaragua
El 31 de
diciembre de 2014 será el último día que las textileras nicaragüenses podrán
vender a Estados Unidos sus productos fabricados con materia prima de países
que no forman parte del Tratado del Libre Comercio entre ese país,
Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta, por sus siglas en inglés).
Cualquier prenda de vestir de ese tipo que quiera entrar a ese mercado deberá
pagar impuesto, lo que ocasionará un incremento de hasta un 35 por ciento en
los costos de producción de las empresas del sector textil y de confección, en
detrimento del empleo y las exportaciones.
Y es que a finales del próximo año vencen los nueve
años de gracia que los Estados Unidos dio a Nicaragua, beneficio conocido como
Nivel de Preferencia Arancelaria (Tariff Preference Level o TPL) que
permite al país exportar prendas de vestir elaboradas con hilados y tejidos de
terceros países, por un volumen máximo anual de cien millones de metros
cuadrados.
Nicaragua se
había comprometido a aprovechar esos años de tratamiento especial para impulsar
la producción de su propia materia prima, pero hoy de cara al fin de ese
beneficio el futuro del sector y los ochenta mil empleos que genera son
inciertos. Después de casi nueve años, el país no produce tejidos textiles a
gran escala; se siguen haciendo intentos, tales como la llegada de Millknit
Industries, que producirá tela de tejido de punto, pero aún está en proceso de
instalación. La crisis que agobia las grandes potencias sigue trabando mayor
flujo de inversiones en esta área. Mientras tanto, representantes del Gobierno
cabildean intensamente para renovar los TPL antes de 2014. Lograrlo no será
fácil.
Gary A.
Clements, consejero económico de la Embajada de los Estados Unidos en Managua, explica
que “una extensión de esta disposición requeriría de una legislación en los
Estados Unidos, la aprobación de todos los países miembros del Cafta, así como
tener que reabrir y renegociar el tratado entero”.
SECTOR HA CRECIDO
Y aunque el
país todavía no produce su materia prima para la confección de prendas,
Clements afirma que “el sector de textiles y prendas de vestir de Nicaragua se
ha beneficiado enormemente de la disposición de los TPL y ahora es globalmente
competitiva y tienen la oportunidad de jugar en un campo nivelado junto a los
demás países Cafta”.
En casi una
década las textileras que operan bajo el régimen de zona franca han poblado la
mayoría de los parques industriales del país. Actualmente de las 166 empresas de
zona franca que existen más de 70 están involucradas en la producción de
prendas de vestir, según datos de la Federación Cámara Nicaragüense de Zonas
Francas Privadas (FCNZFP).
También la
cesta de productos exportables se ha diversificado y los ingresos en divisas de
este sector se han duplicado en siete años de vigencia del DR-Cafta.
El director
ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección
(Anitec), Dean García Foster, advierte que si el país pierde ese tratamiento
especial el sector frenaría su crecimiento y al menos el cincuenta por ciento
de las exportaciones de productos textiles se verían afectadas. “Si no se
renuevan los TPL perderíamos un incentivo para que las empresas vengan a
invertir al país”, afirma.
García, quien
discrepa de las afirmaciones de Clements de que se tendría que reabrir y
renegociar el tratado entero, explica que ese beneficio solo fue negociado de
forma bilateral con los Estados Unidos, es decir sin involucrar al resto de
países centroamericanos y República Dominicana.
Es cierto,
admite, que se necesitará pasar en el Congreso de los Estados Unidos una ley,
“y nosotros ya estamos cabildeando eso en los Estados Unidos y estamos
esperando el momento apropiado para someter ese texto, que esperamos pase
pronto. No creemos que deba ser ratificado por todos los países
centroamericanos precisamente porque es un tema bilateral, entre Nicaragua y
los Estados”.
Álvaro Porta,
quien participó en las negociaciones del DR-Cafta estando al frente de la oficina
de la Dirección General de Comercio Exterior del Ministerio de Fomento,
Industria y Comercio (Mific), cree que la renovación de ese beneficio dependerá
de “la buena voluntad del Gobierno de los Estados Unidos”, al recordar también
que existe un comité administrador del Tratado, integrada por representantes de
cada país firmante, que puede examinar la petición de Nicaragua.
Porta dice que
el país debería impulsar una campaña de respaldo a nivel regional para la
renovación de ese mecanismo, que ha dado fuerte impulso a la generación de
empleos.
De hecho la
empresa privada nicaragüense anunció en días recientes que aprovechará una
reunión que sostendrán con el presidente Barack Obama para abordar el tema de
la renovación de ese beneficio al país. Obama visitará Costa Rica el próximo
mes, en el marco de un encuentro de mandatarios del istmo.
LA
JUSTIFICACIÓN Y LO QUE PIDEN
¿Bajo qué
argumentos pretende Nicaragua lograr la renovación de los TPL? ¿Y qué pide? En
palabras del director ejecutivo de Anitec, el país no pudo desarrollar la
industria de producción de tejidos e hilados “porque por efecto de la crisis
2008 y 2009 no pudimos cumplir ese objetivo, usted sabe todo el impacto que
tuvimos por esos dos años de crisis”.
Durante esos
años dos docenas de empresas cerraron operaciones en Nicaragua, como la
compañía estadounidense Cone Denim, que invirtió cien millones de dólares para
la producción de tela para jeans. “Por eso nosotros decimos repongan esos años
de crisis”, enfatiza García. Y es por eso que están pidiendo a Estados Unidos
la extensión del TPL para un período de diez años más.
En lo único de
lo que sí se ha avanzado, es en la diversificación de los productos textiles
que exporta Nicaragua. García incluso admite que los proyectos de producir
algodón apenas están en período de exploración.
Ni siquiera
hilos
Nicaragua
no produce ninguna materia prima para los productos textiles, ni siquiera hilo
o botones. A nivel de Centroamérica y República Dominicana —países firmantes de
tratado con los Estados Unidos— solo Costa Rica consiguió un TPL para piezas
hechas a base de lana, el resto al menos produce gran parte de sus materias
primas y la complementan importando de los Estados Unidos. García Foster dice
que no se podría importar todo de EE. UU. porque cada pieza tiene tela de
calidad diferenciada.
Parques
industriales se frenarían
El
director de Anitec, Dean García Foster, advierte que si Nicaragua no logra la
renovación de los TPL, el país dejaría de ser atractivo para la llegada de
inversionistas de ese sector, poniendo en riesgo decenas de miles de empleos.
La
Federación Cámara Nicaragüense de Zonas Francas Privadas planea en el próximo
quinquenio duplicar las áreas de las naves industriales que actualmente
funcionan en el país.
Eso
implicaría construir cinco parques anuales para generar cien mil nuevos
empleos, según estimó en julio del año pasado Carlos Argeñal, presidente de
esta federación.
Si
no se renuevan los TPL este crecimiento se vería amenazado.
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