Productividad y Desarrollo Sostenible
Conferencia de Ligia
Bonetti, Presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana,
Inc. (AIRD), con motivo del 51 Aniversario de la Confederación Autónoma
Sindical Clasista –CASC-.
Salón Ambar, Hotel Dominican Fiesta
Sr.
Gabriel del Río, Secretario General de la Confederación Autónoma Sindical
Clasista (CASC),
Distinguidos
Dirigentes Sindicales,
Invitados
especiales,
Amigos
todos.
Introducción
El hecho de que la Confederación
Autónoma Sindical Clasista (CASC) celebre hoy su 51 aniversario de existencia
habla de la permanencia de las instituciones y de modo especial indica la
permanencia en medio de vorágines de cambios que hemos vivido en estas décadas.
La CASC, al igual que la Asociación de Industrias de la República Dominicana,
nació al finalizar la dictadura de Trujillo e iniciarse en República Dominicana
una etapa en la que sus principales actores políticos y sociales fueron
partícipes de luchas, confrontaciones, pactos, alianzas, diferencias abiertas y
no tan abiertas, pero siempre tratando de ser parte del desarrollo sostenible
de la nación.
La CASC y la AIRD constituyen baluartes
de defensa de la orgullosa paz laboral que hoy vivimos en la República
Dominicana.Una paz laboral que no ha sido fácil preservar y que aún enfrenta
grandes retos y desafíos. Sin embargo, gracias al rol jugado por la CASC y
otras importantes centrales sindicales hoy podemos felicitarnos por estar entre
los mejores lugares en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial
en cuanto a las relaciones laboralesse refiere, ocupando la posición 50 de 148
países. A ustedes, hombres y mujeres de la CASC, felicidades por ser parte de
este logro!
Cuando hablamos de la industria
nacional no estamos hablando sólo de los empresarios, sino que nos implica a
todos. Una industria son sus equipos, maquinarias y logística, pero sobre todo
una industria es su gente, tanto industriales como trabajadores.
Hoy se me ha pedido que, desde el
sector industrial que represento, me refiera al tema de la productividad y el
desarrollo sostenible.
Desarrollo
Sostenible
El verdadero desarrollo sostenible
requiere crear riquezas, que nuestras industrias incrementen su participación
en las exportaciones, que diversifiquen su producción, que conquisten nuevos
mercados y que generen más y mejores puestos de trabajo.
El verdadero desarrollo sostenible
tiene como condición indispensable una sociedad en que sus instituciones
funcionen, en que la educación de calidad sea accesible a todos, en que la
seguridad social no sea una quimera o una conquista bajo permanente amenaza, en
que un trabajador pueda disfrutar de una pensión digna y justa y que existan
políticas que fomenten la inversión, la libre empresa y la competencia.
Informalidad
El desarrollo sostenible y el
incremento de la productividad tienen prioridades que atender, pero también
tienen urgencias. Una de estas urgencias es la relativa a la necesidad de incrementar
los empleos formales y reducir drásticamente la informalidad, lo cual es clave
en la competitividad y en la productividad.
Un informe del Centro para el
Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, de fecha julio 2012,
hecho a solicitud del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo,
indica que “el tipo de crecimiento
registrado en los últimos diez años no es consistente con la visión de país en
la Estrategia Nacional de Desarrollo. El 75% de los empleos creados (3 de cada
4) han sido informales, en su mayoría en sectores de muy baja productividad
(otros servicios, comercio, transporte), mientras que los sectores de alta
productividad (como las industrias) han disminuido en sus puestos de trabajo…
dicho patrón de creación de empleos no es exclusivo del período post crisis
económica de 2003-2004, sino que es parte de un modelo basado en la expansión
del sector no transable que se viene gestando desde finales de los noventas”.
Señoras y señores, tres de cada cuatro
empleos son informales. Estaes una cifra aterradora. Una cifra que nos indica
que algo anda mal en el modelo de desarrollo en la República Dominicana y que
nos conduce cada día más a crisis profundas, quizás irreversibles, en términos
de crecimiento económico y bienestar social.
Y es que las empresas y trabajadores
informales:
No pagan impuestos;
No registran sus bienes y propiedades;
No participan en el sistema de
seguridad social;
No se rigen bajo el Código Laboral;
No pueden utilizar el sistema formal
de crédito;
No pueden acudir al sistema legal a
reclamar sus derechos.
Además, las empresas informales son
empresas o negocios de baja productividad, bajos salarios e inseguridad.
No aportan al desarrollo social vía
sus tributos, por lo tanto, si se benefician de algún servicio (como el
transporte subsidiado, la energía subsidiada, las infraestructuras), lo están
haciendo a costa de quienes pagamos nuestros impuestos, ustedes como
trabajadores y nosotros como empresarios.
La informalidad permite “sobrevivir” a
cientos de miles de dominicanos, pero nuestra aspiración no debe ser la
sobrevivencia, sino la vida digna y próspera que solo lo garantiza el sistema
formal.
Además, la informalidad es injusta, es
competencia desleal, es una amenaza al desarrollo sostenible, es, mis queridos amigos, el camino a la
inviabilidad de la nación y de la subsistencia de los sindicatos.
En el sector privado los números son
dramáticos: el 65% del empleoes informal.Más aún, los empleos formales han
disminuido en el sector privado en un 21% en los últimos años. La informalidad
está impidiendo que las industrias –y en general todo el aparato productivo
formal- generen más empleos.
Amigos, nos podemos preguntar cuáles
son las causas que originan esta lamentable situación. ¿Podría ser esto una
consecuencia de un modelo económico
basado en el fomento de los sectores de servicios e importaciones y no en los
sectores reales de la economía? ¿O quizás por un exceso en nuestra carga
tributaria? ¿O por debilidad de nuestras instituciones que hace rentable e
impune la informalidad? ¿O podría ser por nuestra rigidez en la legislación
laboral?
Dirigentes sindicales, estoy
convencida de que la alta informalidad en nuestro país se debe a la suma de
todos los factores antes mencionados.
Ante esta realidad, ¿qué debemos
hacer?
Seguros
de que “no solo en lo social se juega lo social” y “no solo en lo productivo se
juega lo productivo”. Nos atrevemos a proponer un conjunto de reflexiones para
un cambio estructural en la República Dominicana.
Se
trata de apostar por una mayor articulación de políticas macroeconómicas,
industriales, sociales y laborales y ambientales.
Política
Macroeconómica
La
política macroeconómica ejerce —por acción u omisión— una influencia decisiva
en la estructura productiva y en la trayectoria del crecimiento de largo
plazo.Por su parte, la estructura productiva también afecta la dinámica
macroeconómica.
Las
enseñanzas de nuestros tiempos, en el continente y en el mundo, obligan a
reconocer en primer lugar que la construcción delos pactos fiscales ha de tener
piso firme en amplios acuerdos sociales. En nuestro país, la Estrategia
Nacional de Desarrollo establece la necesidad de acordar un pacto fiscal en el
cual debemos abordar 7 objetivos claros:
·
Aumentar
la base tributaria,
·
Reducir
la evasión,
·
Impulsar
la equidad fiscal,
·
Aumentar
la captación de la renta de los recursos naturales,
·
Incrementar
la inversión pública,
·
Proteger
el gasto social, y
·
Definir
prioridades de inversión pública de acuerdo con objetivos de largo plazo de la
política industrial y social.
Política
Industrial.-
Por otro lado, la articulación de
políticas requiere dar prioridad concurrente a la política industrial.
Y
es que estamos convencidos de que la política industrial es clave para un
cambio estructural virtuoso o un cambio de modelo de desarrollo.
¿Por
qué? Porque la política industrial fortalece y crea actividades más intensivas
en conocimiento, generando ventajas comparativas dinámicas. Porque la
experiencia de otros países muestra su importancia y efectividad. Porque
impulsa sectores y cadenas productivas con visión de futuro para el desarrollo
sostenible.
En
la implementación de una verdadera política industrial deben priorizarse acciones
que fomenten el financiamiento para el desarrollo productivo; políticas de
ciencia, tecnología e innovación; apoyo a las PYMES; atracción de la inversión
extranjera directa que aporta tecnología y empleo y que se encadena con las
economías locales; y mejor distribución territorial de las inversiones en infraestructura.
En
síntesis, proponemos compatibilizar los objetivos macroeconómicos con los
objetivos de las políticas industriales, sociales y ambientales.
Una
agenda de cambio estructural entraña riesgos, es cierto, pero sobre todo busca
la manera de incorporar más personas a las actividades productivas formales.
Por ello, es impostergable redefinir
una estrategia y políticas de desarrollo productivo. Si queremos generar
mayores empleos dignos, debemos hacer todo lo humanamente posible por readecuar
nuestras industrias a lo interno, mejorar los procesos, impulsar la calidad de
los productos, disponer de recursos humanos cualificados, innovar y mercadear. Creemos
que las industrias han estado enfocadas en perseguir la excelencia, lo cual nos
conduce a cada vez mayor productividad, en lo cual hemos estado trabajando
arduamente en los últimos años en la AIRD. Sin embargo, nos encontramos con
escollos que escapan a nuestro control y que debemos superar, tales como: el
deficiente suministro de energía eléctrica, el monopolio en transporte de
carga, el difícil acceso a financiamiento, la precaria preparación técnica de
nuestros recursos humanos y el desfasado Código Laboral.
Política
Social y Laboral
La vida demuestra que solo enfrentando
los retos con firmeza y pasión es posible transformar la sociedad y sus
estructuras.
Es perentorio mencionar los demás
pactos contemplados por la Estrategia Nacional de Desarrollo y que son vitales
para la subsistencia del aparato productivo. Nos referimos al educativo y al de electricidad.
Sin embargo, de poco servirían estos pactos sino nos abocamos a concertar
políticas y acciones para incrementar la productividad y generar mayores
empleos formales en el país.
Hemos llamado y defendido la necesidad
de un Pacto por el Empleo. Este llamado fue hecho por la AIRD hace más de cinco
meses, ha sido respaldado por otras asociaciones empresariales y acogido por el
Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez. Hoy, humildemente
pedimos el apoyo de las centrales sindicales a este llamado, porque un país con
electricidad, educación e ingresos fiscales, pero sin un incremento permanente
del empleo formal, no es sostenible en el tiempo.
Señoras y señores, la extensión de la
informalidad y el desempleo constituyen la manera más segura de prolongar y
profundizar la pobreza, por ello quiero referirme a unaspecto que debe abordarse en un pacto por
el empleo y es el de la reforma del Código Laboral.
Sé que es un tema muy complejo, que
requiere de un diálogo transparente, honesto, que deje de lado los mitos y
prejuicios y que tenga como único objetivo la preservación de sus puestos de
trabajo y la creación de nuevos empleos formales.
Debemos realizar una reforma profunda a
las regulaciones del mercado laboral para dotarlo de mayor flexibilidad y
garantizar mayor cobertura para los trabajadores. Si tomamos cifras del 2012,
del 100% de la Población Económicamente Activa, es decir 4.7 millones de
personas y le restamos el índice de desempleo (14.7%) más los empleados
informales (57%), podemos ver que apenas el 29.3% se encuentra protegido por el
Código Laboral, esto es 3 de cada 10 personas.
Esto señores es una triste realidad.
Estamos de acuerdo, como ha afirmado
la CASC en otras ocasiones, que esta reforma no puede hacerse a costa de los
derechos de los trabajadores, ni tampoco reduciendo sus condiciones laborales
actuales, pero sí definiendo mecanismos de modo claro para que desaparezcan de
una vez por todaslos costos subrepticios, escondidos y que se prestan a castigar
de modo especial a las pequeñas y medianas empresas. Les digo a los
trabajadores: no hay que tener miedo, el sector industrial les propone que
miremos con confianza hacia un mismo horizonte: el del desarrollo sostenible,
el de una fuerza de trabajo de cada vez mayor valor agregado y, por lo tanto,
capaz de mayor productividad y bienestar social.
Como dijo José Martí:“El derecho del obrero no puede ser nunca el
odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y
del otro”.
Todo empresario responsable sabe que
hoy en día la productividad se logra solo si sus trabajadores están motivados,
protegidos y tienen sentido de pertenencia con respecto a la misión y valores
de su empresa. Eso no se logra avasallando o quitando derechos, se logra
pactando lo justo, en un ganar-ganar
y haciendo de la productividad y
la generación de empleos formales un objetivo común.
Política
Ambiental
Ya
hemos abordado varios aspectos que garantizan el desarrollo sostenible a través
de políticas macroeconómicas, industriales y sociales. Sin embargo, no podemos
olvidar, tal como lo acordamos en el 2do. Congreso de la Industria Dominicana, que
el desarrollo sostenible nunca podrá alcanzarse sin políticas medio ambientales
acertadas. No creemos que exista una maldición en aprovechar nuestros recursos
naturales, pero los mismos deben ser utilizados responsablemente a favor de
nuestra gente, tal y como lo hacen los países más desarrollados que el nuestro.
La industria está en capacidad de hacer esto.
Por
eso,asumimos que para crecer de manera sostenible debemos superar las
debilidades estructurales y reducir las brechas sociales mediante la
potenciación de las capacidades humanas y la eliminación de las trabas que
ahuyentan la inversión y el desarrollo productivo.
El
fomento a la industria es el mecanismo para avanzar hacia una estructura
productiva más intensiva en conocimiento y alta capacidad de generación de
empleos. Es el elemento decisivo para laincorporación de la revolución
tecnológica que abre oportunidades no solo para grandes saltos de productividad
y competitividad, sino también para la creación de empleos de calidad y la
generación de condiciones favorables a la sostenibilidad ambiental.
El
progreso técnico, la creación de más y mejores empleos, la reducción de la
desigualdad y la sostenibilidad son dimensiones inseparables en el mundo en que
vivimos.
Conclusiones.-
En
el horizonte estratégico a corto, mediano y largo plazo, la cohesión social, el
crecimiento económico, la productividad y la sostenibilidad ambiental deben ir
de la mano, apoyarse mutuamente y reforzarse en un círculo virtuoso.
Por
todo esto, hoy en este foro ante trabajadores y dirigentes sindicales me atrevo
a hacer un llamado acaminar juntos, trabajadores e industriales, por un
desarrollo sostenible en nuestro país.
Propongo
una alianza por la productividad y el empleo, que implica una ruptura con el
paradigma económico predominante, para juntos apoyar la eliminación de todas
las barreras que frenan la inversión y la generación de empleos formales. Esos empleos
con derechos que constituyen la llave maestra para superar desigualdades y
cerrar brechas que impiden avanzar hacia el verdadero desarrollo sostenible.
Como
dijo una vez el reconocido escritor alemán Johann Goethe: “No preguntemos si
estamos plenamente de acuerdo, sino si marchamos juntos por el mismo camino”.
Muchas
gracias.
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